Mientras que el cultivo a partir de semillas es una excelente forma de obtener una planta de marihuana nueva, la clonación permite preservar la genética de un fenotipo concreto a lo largo del tiempo. A continuación te explicamos en qué consiste la clonación de cannabis, los diferentes métodos que existen y las ventajas que supone cultivar a partir de clones o esquejes.
Por Stoney Tark
¿En qué consiste la clonación de marihuana?
La clonación de cannabis es un método que permite obtener una réplica genética exacta de una determinada planta de marihuana. De esta forma, el cultivador sabrá exactamente la manera en la que crecerá el nuevo clon o esqueje y conocerá las características que desarrollará. Además, contará con información a la que recurrir en caso de necesitarla. El método está especialmente indicado para los cultivadores que no disponen de mucho tiempo, para quienes prefieren no trabajar con semillas por razones prácticas o simplemente para quienes quieren seguir las tendencias de cultivo de la zona en la que viven.
Canadá es el ejemplo perfecto de país que se ha visto abocado a cultivar a partir de clones debido a las disputas surgidas entre los defensores de las semillas locales y los partidarios de la importación, si bien últimamente está cuajando la idea de que es posible cultivar tanto a partir de esquejes como de semillas.
Esta es además una de las razones de la enorme popularidad de las semillas feminizadas, que actualmente dominan más del 90% del mercado internacional de la marihuana.
¿Por qué clonar una planta de marihuana?
Existen muchos casos en los que puede resultar útil clonar una determinada variedad de cannabis; por ejemplo, porque nos encontremos ante una genética de una calidad que destaca por encima del resto y de la que queramos conservar varios machos o hembras, o porque vayamos a poner en marcha un cultivo comercial basado en objetivos y márgenes de beneficio. Este tipo de operaciones, que requieren de licencia, resultan de gran utilidad para maximizar el número de cultivos en un plazo estipulado, normalmente mediante la utilización de un gran número de plantas, la aplicación de periodos vegetativos cortos y un mínimo entrenamiento práctico.
Además, la utilización de clones puede ser la solución de cara a un proyecto de breeding a gran escala. Desde un punto de vista económico, la clonación resulta un proceso sencillo y muy asequible que, si se realiza correctamente, no suele llevar más de 14-21 días. Los cultivadores que poseen plantas madre suelen extraer entre 100 y 250 clones por ejemplar cada 90-100 días, lo que significa que es posible evitar la inversión inicial en semillas y destinar esa parte del presupuesto a cubrir otras necesidades del cultivo.
Selección de plantas madre
Las plantas madre son la fuente a la que acudir cuando se necesitan nuevos esquejes. Estas se mantienen siempre bajo un ciclo lumínico de 18/6 para garantizar que permanezcan en estado vegetativo. En función de las dimensiones del cultivo, puede ser necesario extraer de 10 a 100 clones cada vez que se cosecha una habitación. Por lo general, las plantas madre suelen producir un ramaje denso y profuso del que no dejan de surgir nuevos brotes. Antes de seleccionar una planta madre de la que extraer todos los ejemplares futuros, es necesario haberla cultivado varias veces, de forma que se haya podido conocer con exactitud cuál es su patrón de crecimiento, su resistencia a los patógenos, su idoneidad para la clonación y su capacidad de permanecer en fase vegetativa sin dar muestras de preflores, así como muchos otros detalles de menor importancia pero que pueden marcar la diferencia.
La estructura de los clones extraídos de una planta madre cultivada a partir de semilla suele ser muy diferente respecto a la de los ejemplares cultivados desde cero, lo que normalmente permite obtener mejores resultados.
Ventajas de la clonación
La principal ventaja de la clonación es que se parte de una planta de la que ya se conoce el sexo y que cuenta con un historial conocido en lo que al rendimiento se refiere. Muchas veces, se trata de clones que han causado furor a nivel local o en foros de Internet, o que simplemente han sido extraídos de una planta cultivada a partir de una semilla regular o feminizada. Otro gran punto a favor de este método es el factor "preservación", que permite a algunos cultivadores conservar esquejes y plantas madre durante más de veinte años. Muchas de las variedades conocidas a nivel mundial y a las que estamos tan acostumbrados han estado vivas en algún rincón desde el día en que se germinaron desde una semilla.
Si bien en Europa la cultura de la clonación no está nada extendida, o ha tenido que mantenerse oculta por cuestiones legales, en Norteamérica es frecuente encontrar esquejes en los dispensarios y viveros, donde el personal suele contar con conocimientos profundos mediante los que orientar al cliente. De esta manera, es posible elegir a la carta el clon que mejor se adapta a cada usuario en términos de sabor, efecto, habilidades de cultivo, ubicación (indoor/outdoor) y muchos otros aspectos que pueden ser determinantes para el resultado.
Métodos
Las plantas de cannabis ofrecen gran versatilidad a la hora de ser clonadas, de forma que los esquejes pueden obtenerse mediante muy diferentes métodos. Estos varían en función de la fase de crecimiento de la planta y requieren diferentes habilidades, plazos de tiempo y equipamiento.
Propagación
Para este método se necesitan un propagador, hormonas de crecimiento, esquejes recién extraídos y un sustrato como cubos de Root Riot o jiffys de coco o lana de roca. Una vez sumergidos los esquejes en las hormonas de crecimiento e introducidos en el sustrato, se cierra el propagador dejando las pestañas ligeramente abiertas. Lo principal es mantener la temperatura en torno a 24 ºC y garantizar una humedad relativa de entre el 75 y el 90 %. Las bombillas deben mantenerse encendidas durante 18-24 horas al día, así como colocarse a una distancia que no altere la temperatura interna del propagador. Pasados 14-21 días, los clones habrán producido raíces y estarán listos para aclimatarse al exterior.
Aeroponía
La clonación mediante aeroponía se basa en la utilización exclusiva de agua, oxígeno y un difusor de burbujas para crear un ambiente húmedo y oscuro en el que puedan desarrollarse las raíces. Al introducir los clones directamente en una fuente de agua bien aireada, el oxígeno en disolución que rodea los tallos, así como el que se encuentra entre la superficie del agua y la bandeja que la cubre, favorece la formación de un callo que permite el enraizamiento. En cuanto a la iluminación, esta debe permanecer activa durante 18-24 horas al día.
Dado que el agua se encuentra en un burbujeo constante, los clones enraizarán sin peligro de ser atacados por bacterias anaeróbicas que los reblandecerían. Se trata además de un método que supone un coste mínimo. Opcionalmente, se puede utilizar una tapa para cubrir los clones, aunque si no se está familiarizado con este tipo de clonación, lo mejor es no prescindir de ella. La temperatura del agua y la iluminación son factores determinantes, por lo que es fundamental garantizar que los valores se encuentren en un rango óptimo.
Acodo aéreo
Muy utilizado para la clonación de bonsáis, el método consiste en rodear de sustrato una rama para que forme raíces. Durante el proceso, la planta crecerá de forma normal, solo que llegará un punto en el que la rama seleccionada empezará a echar raíces. Para que suceda, simplemente hay que asegurarse de que el sustrato colocado alrededor de la rama elegida se mantenga húmedo y protegido de la luz solar directa. Si se cumplen estos requisitos, pasados 14-21 días la rama habrá producido raíces y se podrá cortar y plantar.
La ventaja del acodo aéreo es que se pueden obtener esquejes maduros de grandes dimensiones sin necesidad de utilizar un propagador ni un sistema de clonación aeropónico.
Cultivo de tejidos
Se trata del enfoque más clínico y avanzado, no solo en cuanto al procedimiento, sino también en lo que al resultado final se refiere. Este tipo de clonación se lleva a cabo en laboratorio, utilizando placas de Petri y aplicando un protocolo muy estricto. La principal ventaja es que permite obtener una planta con raíces totalmente formada simplemente a partir de una muestra de tejido. Además, al trabajar en un ambiente esterilizado, el clon obtenido estará libre de patógenos.
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