La iluminación es un elemento fundamental de cualquier cultivo de cannabis. La ventaja del indoor es que puedes recrear las condiciones lumínicas ideales para el cannabis y controlarlas a tu antojo, a diferencia del outdoor, donde estás a expensas de la meteorología o el clima de tu región. En este post te contamos cómo elegir el sistema de iluminación más adecuado para tu cultivo interior de cannabis. Para que tus armarios se conviertan en perfectas máquinas de producir cogollos.
Tipos de sistemas de iluminación para el cultivo interior de marihuana hay muchos. Si bien algunos son más populares que otros, su eficacia varía según las circunstancias y necesidades de cada cannabicultor. El espacio de cultivo disponible, la temperatura exterior, los medios económicos o el nivel de conocimiento del cultivador son factores a tener en cuenta a la hora de elegir un sistema u otro.
¿Qué factores debes tener en cuenta para elegir el sistema de iluminación para tu cultivo de cannabis?
- Potencia lumínica vs gasto económico: Este punto es especialmente importante. A más potencia, mejores producciones, sí, pero también mayor gasto económico en forma de facturas de luz. La potencia más utilizada son las bombillas de 400 y 600 W con sus correspondientes balastros.
- Temperatura vs espacio: Cuanta más potencia lumínica tengas en tu espacio de cultivo, más calor hará. Si el armario o cuarto de cultivo es grande, esto probablemente no sea un problema, al contrario. Pero si se trata de un espacio pequeño o vives en una zona cálida, probablemente necesitarás invertir en ventiladores que te ayuden a mantener a raya la temperatura, con todo el gasto económico -más factura de luz y la compra del material- que ello supone. También existe el problema contrario: optar por un sistema de iluminación poco calorífico puede obligarte a requerir de mantas térmicas o radiadores para mantener una temperatura adecuada si vives en una zona fría.
- Espectro lumínico vs tiempo que vayas a dedicar al cultivo: Cada estadio de vida la planta requiere un tipo de espectro lumínico u otro. Durante la fase vegetativa, las plantas de cannabis necesitan luz azul mientras que la luz roja es la adecuada para la floración. Esto es así porque los tonos cálidos imitan mejor al tipo de luz solar que se da en los meses de verano y otoño, que es cuando el cannabis florece de manera natural en exterior, mientras que la luz azulada es la que mejor imita a la más suave de los meses previos. Muchos cultivadores tienen el tiempo, ganas y disponibilidad de ir cambiando las bombillas en función de la fase de vida de sus plantas. Y no se trata de un esfuerzo en balde. Una luz azulada en el periodo vegetativo siempre va a ser sinónimo de mayor crecimiento y profusión de ramas. Sin embargo, hay otros tantos que no tienen tiempo, ni ganas ni medios para hacerlo y prefieren mantener las mismas bombillas durante todo el cultivo, regulando su intensidad. Esto es algo factible si trabajas con lámparas de sodio pero que probablemente no sea aconsejable si eliges unas fluorescentes.
Sistemas de iluminación para el cultivo interior de marihuana
Equipos de sodio (HPS)
La luminiscencia de las bombillas HPS (High Pressure Sodium) viene dada por el vapor de sodio. Las hay de dos tipos, de sodio de alta presión, especialmente adecuadas para la fase de floración ya que emiten una luz de color amarillo-anaranjado; y de sodio de baja presión, que producen una luz de color naranja claro. También puedes encontrar bombillas HPS mixtas (dual spectrum), que sirven tanto para la etapa de crecimiento como para la de floración.
- Ventajas: A pesar de que cada vez hay más cannabicultores que apuestan por las luces LED, las bombillas de sodio o HPS siguen siendo las reinas indiscutibles del mercado cannábico. Son fáciles de utilizar, tienen una gran potencia y aseguran buenas producciones. Todo ello a un buen precio. Están disponibles en un amplio arco de potencias que van desde los 250 W a los 1000 W, si bien los más utilizados son las de 600 y 400 W. Los modelos de 250 y 400 W son aptos para todo el ciclo (crecimiento y floración) si no tienes ganas o posibilidad de usar otros modelos. Las bombillas HPS de 600 W son las más populares, porque ofrecen un buen equilibrio entre la cantidad de luz que producen y la electricidad que gastan.
- Inconvenientes: La iluminación HPS tiene dos problemas: por una parte, produce mucho calor y, por otra, su espectro lumínico no es del todo adecuado para un correcto crecimiento. Además, se degradan con el tiempo -duran alrededor de un año- por lo que hay que reemplazarlas periódicamente. Además, este tipo de bombillas no se acoplan a las tomas de luz estándar, con lo que necesitan una cubierta especial y un balastro, con el consiguiente aumento de la factura de la luz.
Tubos fluorescentes y bombillas de bajo consumo CFL
Los tubos fluorescentes o las bombillas de bajo consumo CFL (Compact fluorescent light) son el tipo de iluminación ideal para las primeras etapas de la planta de marihuana. También existen CFLs cálidas, que producen luz rojiza, que puedes utilizar durante la fase de floración. Normalmente, los fluorescentes tienen una potencia lumínica que oscila entre 18 y 55 W por tubo, mientras que las CFL suelen encontrarse en formatos de 100, 125, 200 y 250 W.
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- Ventajas: Las luces fluorescentes y CFL son las que producen el mejor espectro para la fase vegetativa. Además, son las más baratas en lo que se refiere a la factura mensual de electricidad. Y, por último, son muy sencillas de utilizar. Los tubos fluorescentes vienen en formato bombilla, con el típico casquillo para portalámparas; mientras que las CFL disponen de balastro incorporado, de modo que sólo hay que enroscarlas al reflector y conectar.
- Inconvenientes: La baja potencia de este tipo de iluminación hace que sea necesario instalar una gran cantidad de bombillas para iluminar correctamente el cultivo. Además, suelen requerir un sistema que permita acercarlos o alejarlos de las plantas de marihuana con el objetivo de asegurar una intensidad adecuada para las diferentes etapas del cultivo de interior, con lo que aumenta el espacio necesario para un montaje correcto.
Lámparas LED
Las lámparas LED (Lighting Emitting Diode) cada día ganan nuevos adeptos entre los cultivadores cannábicos: tienen una gran eficencia en lo que se refiere al consumo eléctrico y generan poco calor. En el mercado es posible encontrar paneles de distinta potencia, desde 90 hasta 280W, incluso superiores.
- Ventajas: Si bien el desembolso inicial es alto, el ahorro a medio-largo plazo que permiten las lámparas LED es considerable. Consumen mucho menos que las HPS y, además, producen poco calor.
- Inconvenientes: Las LEDs son caras. Muy caras. Como comentábamos, la inversión inicial se compensa con el ahorro posterior en materia de factura de luz, pero el alto precio de las lámparas aún es una barrera para muchos cannabicultores. El hecho de que produzcan poco calor también puede ser una desventaja para algunos cultivadores que, en los meses más fríos del año, se ven obligados a aportar temperatura extra al espacio de cultivo con mantas térmicas o radiadores.
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