El plástico es una parte (por ahora) inseparable de nuestra vida cotidiana, que a la vez se ha convertido en uno de los mayores problemas medioambientales al que nos enfrentamos . Entonces, ¿por qué casi todo el plástico se hace con productos contaminantes y no renovables? ¿Podríamos reemplazar el plástico a base de combustibles fósiles con plástico a partir de fibras vegetales como el cáñamo?
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A pesar del impulso por reducir, reutilizar y reciclar, la sed global de plástico es insaciable. Los efectos nocivos del calentamiento global no solo son cada vez más claros, sino que los plásticos convencionales se quedan en el medio ambiente durante siglos e incluso pueden entrar en la cadena alimentaria. No hay duda de que los plásticos tienen un grave impacto en la salud humana y de nuestro planeta; y se deben hacer cambios para proteger a las generaciones futuras.
De esta forma, la tecnología reciente y los cambios legislativos en materia de sostenibilidad ha abierto la puerta a una nueva generación de polímeros ecológicos que ya no dependen del petróleo. Estos bioplásticos son renovables, sostenibles y, normalmente, se elaboran con productos agrícolas.
Es posible que hayas escuchado que el cáñamo industrial tiene docenas de potenciales usos, desde la ropa hasta el papel. Y dado que prácticamente todos los científicos están de acuerdo en que debemos reemplazar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, es sorprendente que este cultivo no se explote más.
¿Por qué el cáñamo?
Se sabe que el cáñamo contiene alrededor del 65-70% de celulosa, (la madera contiene alrededor del 40%, el lino 65-75% y el algodón hasta el 90%) y que es una fuente particularmente prometedora de este material debido a su relativa sostenibilidad y bajo impacto ambiental. La celulosa de cáñamo se puede extraer y utilizar para fabricar gran variedad de bioplásticos (entre los que se incluye el celuloide, el celofán o el rayón) que son livianos, biodegradables y pueden reemplazar muchos plásticos petroquímicos.
Los plásticos de cáñamo además pueden reducir el efecto invernadero al 'bloquear' el carbono. A medida que crece, el cáñamo absorbe el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y convierte este contaminante en oxígeno, que luego libera. Cuando el cáñamo se usa para materiales que son sostenibles, este CO2 permanece bloqueado en el material, evitando que se libere a la atmósfera. Los estudios demuestran que los bioplásticos pueden reducir las emisiones de CO2 hasta en un 80% en comparación con los plásticos petroquímicos.
Si bien el plástico 100% a base de cáñamo sigue siendo una rareza, algunos bioplásticos compuestos, hechos de una combinación de cáñamo y otras fuentes vegetales, ya están en uso. Gracias a su alta resistencia y rigidez, se utilizan actualmente en la construcción de partes de automóviles (por ejemplo en las bandejas traseras de ciertos modelos de BMW, Mercedes-Benz y Bugatti,), embarcaciones, para fabricar sistemas de altavoces, púas de guitarra, filamentos de impresoras 3D y muchos otros artículos.
El sueño de Henry Ford
Pero el plástico a partir de cáñamo no es nada nuevo. Cuando se fabricaron los primeros plásticos, todos estaban compuestos de materiales orgánicos y no sintéticos; y por aquel entonces, la celulosa era un elemento clave de la incipiente industria del plástico.
Ya en 1941, Ford produjo un prototipo de coche que mostraba el gran potencial del cáñamo. La carrocería del automóvil estaba hecha de un compuesto de plástico que consistía en un 70% de fibra de cáñamo mezclada con paja y sisal. El propio Henry Ford demostró la fuerza del compuesto de cáñamo golpeando el auto con un palo y sin dejar abolladuras en la carrocería, mientras juraba por la planta: "¿Por qué usar los bosques que tuvieron siglos de vida y las minas que requirieron edades para establecerse, si podemos obtener el equivalente de productos forestales de crecimiento anual como el cáñamo?"
Incluso, a partir de 1942, un año después de la elaboración del prototipo de Ford, se alentó a los agricultores norteamericanos a cultivar cáñamo como propaganda de guerra en una película llamada 'Hemp for Victory', donde se mostraba al cáñamo como un material imprescindible para fabricar desde cuerdas hasta las mangueras que utilizaban los bomberos, pasando por las suelas de los zapatos de los soldados o los paracaídas de las brigadas.
Sin embargo después de la guerra, el cáñamo se prohibió de nuevo y la calumnia del cannabis bajo el nombre de 'marihuana' detuvo la investigación sobre su potencial como componente base, justo cuando la industria del plástico realmente comenzaba a despegar. Esto dejó a las fibras sintéticas (como el nylon) y a los lobbies petroquímicos (como DuPont) el camino franco hacia el control total del mercado de los plásticos.
Los muchos beneficios del plástico a base de cáñamo
Biodegradable
El plástico de cáñamo es completamente biodegradable, a diferencia de los plásticos normales. De hecho, la mayoría de los artículos de plástico tardarán hasta 1.000 años antes de que realmente se descompongan. El plástico de cáñamo solo tarda entre 3 y 6 meses en descomponerse por completo, y puede reciclarse indefinidamente.
No tóxico
Los plásticos a base de petróleo contienen toxinas dañinas como el BPA (bisfenol A), un disruptor endocrino que se han relacionado con infertilidad, enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad y una gran cantidad de otros problemas de salud. El plástico de cáñamo no contiene ninguna de estas toxinas peligrosas. Esto lo convierte en un producto mucho más seguro tanto para nuestra salud como para la salud de nuestro medio ambiente.
Recurso renovable
El cáñamo es un recurso renovable que beneficia al medio ambiente en lugar de degradarlo. Los cultivos de cáñamo evitan la erosión del suelo, reducen la contaminación del agua, absorben metales tóxicos y pueden utilizar una y otra vez como cultivo de rotación para mejorar el rendimiento de otras especies vegetales.
Más fuerte y ligero
El plástico de cáñamo es 3,5 veces más resistente y 5 veces más rígido en comparación con los plásticos a base de petróleo y las fibras sintéticas. Como resultado, los plásticos de cáñamo son más duraderos y tienen menos posibilidades de romperse, lo que también los hace más seguros. También es mucho más liviano que los tipos normales de plástico.
Los bioplásticos y su prometedor futuro
Si bien podemos esperar ver algún día en los supermercados botellas de plástico 100% a base de cáñamo, la tecnología simplemente no está lista para que pueda competir en rentabilidad con los procesos de fabricación de, por ejemplo, las resinas poliméricas -incluido el omnipresente tereftalato de polietileno (o PET)- que llevan casi 80 años de ventaja de desarrollo industrial. Cuando luchas contra los plásticos, debes darte cuenta de que no solo estás compitiendo con el material, sino también con la industria del petróleo. Y la cadena de suministro global de petróleo utilizada para fabricar plásticos convencionales es la más sofisticada (y la más agresiva) del planeta.
La buena noticia es que, tras inundar el planeta de plásticos, muchas empresas están invirtiendo en investigación para reemplazar a estos plásticos tradicionales, pues es probable que la primera compañía en producir un producto comercial viable a base de fibras vegetales pueda ganar millones. Por ejemplo, empresas como Coca-Cola han experimentado con botellas 100% de origen vegetal, pero los productos disponibles comercialmente no pasan del 30% de materiales de origen vegetal, mientras que el resto está hecho de fuentes tradicionales de combustibles fósiles .
Además, si bien los costes de los combustibles fósiles se mantienen bajos gracias a las ayudas y subsidios, los productos de cáñamo en su mayor parte siguen siendo artículos de lujo. Décadas de prohibición significa que todavía nos falta mucha de la infraestructura necesaria para cultivar y procesar el cáñamo en plástico de manera más eficiente.
Pero gracias a la Ley de Agricultura de 2018 que legalizó el cáñamo industrial, los precios del cáñamo sin duda bajarán, y la tecnología mejorará a medida que su cultivo se extienda de costa a costa. En este momento, la mayoría del cáñamo en los Estados Unidos se cultiva para CBD, pero en lugar de tirar los tallos de las plantas, se pueden reutilizar en plástico. Además, cada vez más agricultores están comenzando a experimentar con otras variedades que se pueden cosechar más fácilmente por su contenido de fibra, lo que hará sin duda que el cambio de polímero a cáñamo sea mucho más rápido tanto para los fabricantes como para los consumidores.
Es urgente la necesidad de desarrollar alternativas biodegradables a los plásticos a base de petróleo. Con las tasas de consumo actuales, simplemente no es factible seguir inundando el mundo de plásticos convencionales. Y el cáñamo es una materia prima que regresa del pasado y que puede ayudarnos a salvar el futuro de nuestro planeta.
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