Cuando se trata de cannabis, la utilización de procesos naturales para lograr un cultivo orgánico está de moda. Por eso que el cultivo sin labranza es tan popular y un aspecto clave del movimiento de la agricultura regenerativa, que se centra en "alimentar el suelo, no la planta".
Indice
El cultivo sin labranza, también llamada agricultura sin laboreo, labranza cero o siembra directa ('No-till' por su término en inglés), es el proceso de cultivo que se enfoca en la mínima alteración posible del terreno a través de la agitación mecánica, evitando cavar o remover el sustrato.
Este proceso permite maximizar el contenido de agua y la retención de materia orgánica al reciclar los nutrientes de forma más efectiva, lo que lleva a conseguir cannabis de alta calidad con prácticas sostenibles. También ayuda a las plantas a ser más resistentes, porque se ven obligadas a usar la naturaleza para crecer en lugar de depender de prácticas artificiales e ingredientes químicos.
¿Qué es el cultivo de marihuana sin labranza?
En el proceso de labranza, un arado remueve o voltea capas de tierra con el propósito de romper el suelo viejo y prepararlo para la siembra o para eliminar las malas hierbas. Esto libera compuestos de carbono ligados al suelo a la atmósfera, ayudando a hacer de la agricultura un importante contribuyente al calentamiento global.
Suena bien en la práctica, pero el suelo labrado es mucho más susceptible a la erosión del viento y el agua. Con el tiempo, se vuelve menos fértil a medida que se pierden los elementos por la lluvia o el riego. A su vez, esto puede aumentar la contaminación de las cuencas hidrográficas.
Labrar también mata la micro y macrobiología del suelo, los organismos que son los arquitectos del suelo, haciendo que quede desnudo y vulnerable a las fuerzas erosivas de los patrones climáticos naturales, interrumpiendo su capacidad para reciclar los nutrientes necesarios para su regeneración.
La diferencia con una práctica de labranza cero es que el suelo se basa en sus propios procesos naturales para renovarse, dependiendo de su propia materia orgánica (bacterias buenas, hongos beneficiosos y organismos vivos) para mantenerse a sí mismo y poderse usar una y otra vez durante años.
Cuando se permite que las fuerzas biológicas evolucionen y, en última instancia, diseñen la infraestructura de la superficie del terreno, se desarrolla una red alimentaria saludable del suelo que es capaz de reciclar todos los minerales y nutrientes necesarios para hacer posible un sistema regenerativo.
Los beneficios del cultivo de cannabis sin labranza
Así, el proceso de labranza cero ofrece muchos beneficios, pero el más poderoso de todos es que hace que el suelo sea más sano y resistente. Esto conduce a un cultivo más eficiente, que necesita menos tiempo y produce menos desperdicio. Estas son otras ventajas:
- Dejando de lado el trabajo físico, la labranza constante requiere recursos y, por lo tanto, dinero.
- Con un cultivo de labranza cero, se deja que la naturaleza haga el trabajo, pero lleva tiempo. No hay una vía rápida hacia los grandes rendimientos a corto plazo, pero proporcionará grandes ahorros de tiempo y dinero a largo plazo.
- Se vuelve innecesaria la adición constante de productos químicos y pesticidas, gracias a la fertilidad del suelo. El cannabis es más natural y se permite una expresión completa del perfil genético de la planta, así como una mayor producción de terpenos.
- El cultivo sin labranza es capaz de producir la misma cantidad de cannabis que los métodos agrícolas tradicionales. La naturaleza misma es un ejemplo perfecto: los ambientes ecológicos más ricos del mundo son los menos perturbados.
- Quienes se plantean el cultivo sin labranza también se preocupan por un posible aumento de plagas. Sin embargo, en un suelo natural y realmente funcional, todas las formas de vida colaboran entre sí de manera simbiótica para crear un ecosistema saludable.
¿Cómo se usa el cultivo de cannabis sin labranza exterior?
Comenzar un cultivo sin labranza es simple y sorprendentemente económico. Lo fundamental es elaborar un buen super sustrato usando una mezcla de ingredientes orgánicos (como compost o humus de lombriz) mezclado con enmiendas de turba y tierra vegetal, junto un poco de aireación en forma de perlita o roca de lava.
Puedes usar un compost de buena calidad preparado por ti mismo (recuerda, mezclando dos partes de desechos "marrones" con una parte de desechos "verdes"). El compostaje es excelente para tu cultivo y una forma maravillosa de reciclar los restos de la cocina o del jardín.
Debido a que el cannabis necesitará ciertos macronutrientes en ciertos momentos, la superposición de una capa superior con varios cultivos de cobertura eliminará la necesidad de mantillo, ya que los cultivos de cobertura (como por ejemplo el trebol) que fijan el nitrógeno son una excelente manera de devolver los macronutrientes a su suelo.
Enriquecer el suelo con gusanos también es una excelente manera de promover la producción de compost fresco, también conocido como "vermicultura". Algunos métodos de vermicompostaje son simples y ocupan muy poco espacio, lo que los hace perfectos para un jardinero a pequeña escala y se genera el compost en menos tiempo que con el compostaje estándar.
¿Cómo se usa el cultivo de marihuana sin labranza en interior?
El cultivo de labranza cero también es una práctica y filosofía que se puede aplicar en interiores para el cultivo doméstico de cannabis.
Normalmente los cultivadores recomiendan no reutilizar el sustrato de una maceta una vez que la cosecha haya terminado, ya que termina agotado y compactado. Pero la mayoría de los sustratos comerciales para macetas en realidad apenas contienen humus (son una base de turba y corteza de árbol compostada). Sin humus, el sustrato necesita alimentación frecuente de minerales externos.
Así, al crear un super sustrato orgánico y reutilizarlo temporada tras temporada, independientemente de la escala de cultivo, los cultivadores pueden ahorrar tiempo y dinero mientras siguen cosechando los beneficios del cannabis orgánico y natural.
Una vez que llegue la cosecha, simplemente corta la planta lo más cerca posible de la base del tronco y desentierra la mayor parte del cepellón. Sacude cualquier trozo de tierra en la maceta y composta la masa de raíces, tallos y recortes. Agrega un poco de compost y coloca la siguiente plántula enraizada directamente en el mismo lugar donde estaba la planta anterior. Agrega otra capa generosa de compost a toda la maceta, y luego un poco más de mantillo, heno de cobertura y/o semillas de trébol.
Como se puede observar, tanto los cultivos de cannabis de escala comercial como los cultivadores domésticos pueden aprovechar los beneficios de este tipo de práctica. Con poco o ningún esfuerzo, el cultivo de labranza cero podría ser la respuesta segura y sostenible que la industria del cannabis ha estado buscando.
Envíanos tus comentarios
Tu puntuación (entre 1 y 5)
1 2 3 4 5Deja un comentario
Leer comentarios en otros idiomas