El cultivo sostenible es una práctica cada vez más común entre los cultivadores a pequeña y gran escala. Es verdad que la hidroponía avanzada en invernadero con fines comerciales puede resultar costoso, muy exigente y, además, requerir cierto conocimiento previo. Sin embargo, en este post descubrirás que, aparte de rentable y beneficioso para el planeta, este popular método no necesita mucho mantenimiento.
Por Stoney tark
¿Aeróbico o Anaeróbico?
Lo primero que debes saber sobre la microbiología es el modo en el que los organismos vivos prosperan. Hay dos tipos de bacterias, las beneficiosas y las dañinas. No encontrarás ningún cultivador al que la aparición de bacterias en el medio de cultivo o en la zona radicular no le preocupe, por lo que recomendamos encarecidamente que leas este post para aprender a diferenciar estos dos tipos de bacterias y poder así equilibrar debidamente la población microbiana. El suelo de cultivo está repleto de bacterias beneficiosas esperando a poder establecer una relación simbiótica con las raíces. Las bacterias aerobias son aquellas que necesitan de un ambiente bien oxigenado para poder vivir. El nivel de pH será más alto cuanto más oxígeno disuelto contenga el agua. Al igual que con el cuerpo humano, el pH de las plantas también puede ser alterado. Por 'medio de cultivo rico en oxígeno', entendemos un sustrato ligero, aireado, con bolsas de aire y sin exceso de humedad. Para mejorar notablemente la ventilación y la acción capilar, recomendamos el uso de la perlita. A diferencia de las bacterias aerobias, las anaerobias son dañinas y se encuentran en las zonas pantanosas. Diríamos que la acción de las bacterias anaerobias es similar a la de una infección del sistema radicular. Las blancas raíces adquirirán un color marrón oscuro que nos indicará que la salud de la planta se está resintiendo. Su olor tampoco es bueno. De hecho, es como una mezcla de huevos podridos y azufre. Si has cultivado de manera orgánica y los nutrientes se han acumulado en el platillo, es probable que estas bacterias dañinas se reproduzcan. En ese caso, tendrás que andarte con cuidado ya que las raíces que entren en contacto directo con los nutrientes acumulados quedarán infectadas. Con el paso del tiempo, se formarán patógenos que podrán infectar también otros sistemas radiculares cercanos. La mejor manera para combatirlas es utilizando una solución de peróxido de hidrógeno al 3 %. El contacto con moléculas de oxígeno hará que las bacterias anaerobias mueran.
Agua de lluvia o biochar… ¿De qué se alimentan los microbios?
Para poder llegar a comprender lo que estas bacterias beneficiosas comen, es necesario entender el papel que juegan en su relación con la zona radicular. La razón por la que los microbios se consideran beneficiosos es por la relación simbiótica que mantienen con la planta. Una vez las microscópicas esporas se adhieren, su papel es suministrar a las raíces la cantidad de nutrientes que las plantas necesiten para que estas puedan absorberlas fácilmente en cualquier momento. A cambio, los microbios se alimentan de la materia orgánica descompuesta. Como en todo proceso de descomposición biológica, el primer paso es el deterioro y luego se pasa a la humificación, es decir, al proceso que trasforma el sustrato en carbono. Como el carbono es negro y brillante, tanto el ácido húmico, como el fúlvico, la melaza y el carbón tienen el mismo aspecto. La abundancia de carbono contribuirá a la salud y a la fertilidad del terreno. Los cultivos outdoor a gran escala dependen en gran medida del agua pluvial para poder equilibrar la alimentación. Cuando la lluvia entra en contacto con la atmósfera, esta filtrará los nutrientes para que entren en el sustrato y lleguen hasta las raíces. El biochar, también conocido como carbón biológico, es un tipo de carbón vegetal rico en carbono que resulta del calentamiento de biomasa en un entorno poco oxigenado. A lo largo de estos último años, este componente ha recibido mucha atención por parte de los cultivadores orgánicos ya que, además, es muy fácil y económico de preparar en casa. Su estructura interna es increíblemente avanzada: un solo centímetro cuadrado de biochar, una vez desplegado y cuidadosamente abierto, podría llegar a cubrir la superficie de un campo de fútbol. Pero no es solo estructuralmente avanzado, sino que además se trata del material más poroso de la Tierra. Su acción capilar es simplemente alucinante y no dejará de suministrar carbono ni de mejorar la consistencia y el drenaje del medio de cultivo.
¿Compost o té de compost?
El uso de compost como fertilizante de liberación lenta es una práctica muy extendida. El abono puede ser usado para crear cubiertas orgánicas, para el no-till así como para añadir magnesio a un medio de cultivo con deficiencias. Sin embargo, los cultivadores más concienciados con el tema de la microbiología se están inclinando por el té de compost. Se trata de un tipo de suplemento orgánico producido a partir del compost que, tras 24 horas de fermentación, hace que la población microbiana pase de millones a billones e incluso a trillones. La clave del compost tea orgánico está en el uso de piedras difusoras para aumentar el contenido de oxígeno disuelto que después captarán las bacterias aerobias. Los microbios presentes en el agua necesitan melaza líquida, ácidos húmicos o cualquier sustancia rica en carbono. Una de las principales ventajas de usar té de compost orgánico es que, como la longevidad de la tierra está directamente relacionada con la presencia de bacterias avanzadas, la inyección de microorganismos hará que la tierra goce de buena salud durante mucho más tiempo. A largo plazo, la absorción de nutrientes será mucho más eficiente y el rendimiento mejorará tanto como el sabor y el aroma del resultado final.
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