Desde la legalización de la marihuana para uso recreativo en el Estado de California, el 1 de enero de 2018 (aprobación de la Propuesta 65), se han producido muchos cambios. Este nuevo mercado “legal” está todavía en plena evolución, y cada mes salen a la luz muchas empresas relacionadas con el tema. Se han abierto multitud de dispensarios que ofrecen una amplia variedad de productos a base de marihuana, pero las ventas de marihuana en el mercado negro superan con creces las del mercado legal.
El rechazo de la Propuesta 65 por parte de los pequeños productores
La aprobación de la Propuesta 65 ha marcado de forma oficial la legalización del uso recreativo de marihuana en California desde el 1 de enero de 2018, pero esta ha favorecido a los actores del mercado con una situación financiera holgada, y ha dejado de lado a los productores con un poder adquisitivo más limitado. Los altos costes de las licencias y los impuestos no están al alcance de los pequeños productores californianos que trabajan a menudo de forma "artesanal" y con escasos medios.
Los pequeños agricultores californianos fueron los que crearon muchas de las cepas de marihuana más populares a nivel mundial, como la archiconocida OG Kush. Ellos contribuyeron en mayor medida a la evolución de la historia de la marihuana en California. Y no solo eso, también tuvieron mucho peso en el mercado cannábico de los Estados Unidos a nivel general.
Casi todos los pequeños agricultores californianos viven de su producción de flores y de la venta de semillas de marihuana, pero, tras la aprobación de la Propuesta 65, algunos han tenido que renunciar a su actividad a pesar de que estaban asentados en las montañas del triángulo Esmeralda, e integrados en su comunidad desde hacía décadas. Muchos de los que participaron en el desarrollo de la industria se sienten perjudicados y han aceptado mal los cambios que se han producido en la ley.
La mayoría ha decidido continuar con su actividad de forma ilegal. Su experiencia les permite producir flores y semillas de marihuana de la mejor calidad, y las pueden ofrecer a mejor precio que en los dispensarios porque no tienen cargas legales y no hay intermediarios. Se trata de un canal de distribución directo en el que el producto pasa directamente del productor al cliente final.
Los costes del mercado legal
Los grandes productores no pueden competir con los pequeños productores en cuanto a la calidad del producto final ya que no pueden mimar un cultivo a gran escala con el mismo cuidado que lo hacen los cannabicultores a pequeña escala. Y además, el precio final es mucho más alto en los dispensarios legales que en el mercado negro.
En el mercado legal, en las distintas etapas del proceso, hay una cadena de intermediarios que reciben un margen de beneficios, algo muy legítimo porque las empresas de la marihuana legal tiene que asumir una serie de gastos y pagar unos impuestos. Pero la realidad que percibe el cliente final es que en los dispensarios de marihuana lo que se ofrece es caro y en general de calidad mediocre.
En los dispensarios de marihuana californianos, en la mayoría de los casos, se pueden comprar 1/8oz (3,5g) de flores de marihuana por unos 68-70$ impuestos incluidos. Es decir; 20$ el gramo. Se trata de un precio muy alto que no está al alcance de todos los bolsillos. También se pueden comprar canutos preparados, a un precio que oscila entre los 10-12$ impuestos incluidos. Mientras, en el mercado negro se puede encontrar hierba a un precio que fluctúa, según la calidad del producto, entre los 4 y los 10$ gramo.
Las tarifas de los dispensarios pueden parecer aceptables para los que tienen un buen poder adquisitivo, pero son muy altas para la mayoría de consumidores. De todas formas, la legalización de la marihuana para uso recreativo es muy reciente, el 1 de enero de 2020 se cumplirán solo 2 años de su entrada en vigor.
Un mercado imbatible, con mucha personalidad
Inicialmente el mercado negro de marihuana era la única vía de suministro, y, por ello, muchos consumidores están acostumbrados y rechazan el mercado legal. La marihuana es un producto que ha evolucionado sin cortapisas a nivel social. A pesar de todos los movimientos prohibicionistas organizados por los diferentes gobiernos, nadie ha logrado parar ni reducir su producción, su venta o su consumo.
El movimiento social ha tenido mucho más peso que el de las instituciones públicas del gobierno, y se ha demostrado claramente con los hechos y con el paso del tiempo. En la actualidad, el "modelo legal" propuesto se encuentra con muchas trabas, y por ello, en el continente americano, muchos consumidores de marihuana siguen manteniéndose fieles al mercado negro.
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