Para poder cultivar la mejor marihuana del mundo, es necesario tener en cuenta una serie de factores: la apariencia, el aroma, la densidad, el bag appeal, la potencia y el sabor. Lo único que preocupa a los verdaderos amantes del cannabis es poder disfrutar de un sabor abrumador que inunde sus bocas de sabores irresistibles. En este post encontrarás todo lo que necesitas saber sobre el lavado de raíces, una técnica muy útil que comporta numerosos beneficios para tus plantas.
Por Stoney Tark
¿En qué consiste el lavado de raíces?
Lo mejor para poder entenderlo es pensar en el agua como un disolvente. Del mismo modo que el agua puede disolver la sal o el azúcar, el lavado de raíces busca reducir al mínimo la acumulación de sales en el sustrato. El sistema radicular continuará absorbiendo nutrientes hasta que los niveles de EC sean lo suficientemente bajos. Midiendo la EC del agua de drenaje, con la ayuda de un medidor de EC, conseguirás obtener una lectura de los valores reales a lo largo de todo el proceso de lavado.
Una alimentación de solo agua no solo ayudará a la disminución de sales y toxinas, sino que mejorará notablemente el rendimiento de las plantas y les otorgará un sabor de máxima calidad digno de las mejores coffee-shops de Amsterdam.
¿Qué ventajas ofrece?
- Uno de los mayores beneficios del lavado de raíces es la mejora general del perfil terpénico, que se hace más evidente durante la degustación. No hay nada peor que un cogollo con un aspecto radiante y un olor increíble que irrita la garganta.
- El lavado también afectará a la capacidad de combustión del porro. Un sustrato limpio de sales y de restos de abono producirá flores de combustión lenta, suave y uniforme.
- La ceniza será de color gris claro, casi blanco, como señal de que la hierba que estás fumando está totalmente libre de químicos y sales orgánicas. Un porro que se consume de manera uniforme y que deja una ceniza suave y esponjosa es un claro indicativo de un cogollo de gran calidad.
Características de un mal lavado de raíces
Realizar un lavado perfecto no es tarea fácil, especialmente para aquellos que cultivan para un mercado tan exigente como el de California, Barcelona o Ámsterdam. En estos lugares, las probabilidades de encontrar un cogollo aún cargado de nutrientes son bastante más altas.
Las principales características que te ayudarán a identificar un cogollo que no ha sido sometido a ningún lavado son:
- Un sabor áspero y ligeramente picante que rasca en la garganta tanto al inspirar como al expirar. La sensación es bastante parecida a cuando fumas hojas secas. No tardarás en darte cuenta.
- Al encender el porro, notarás que la combustión no es uniforme, sino que solamente arde uno de los lados. Además, te verás obligado a encenderlo una y otra vez ya que se apaga muy rápidamente, algo que puede llegar a ser muy frustrante, sobre todo si el porro es compartido.
- La ceniza será de color negro carbón y, al intentar echarla en un cenicero, es muy probable que se caiga toda la brasa. Si examinas la ceniza del cenicero, verás cómo forma pequeños montículos.
¿Cuándo iniciar el lavado de raíces?
Lo ideal es comenzar al menos unos 14 días antes de la cosecha. Hay quien opta por 7, 10, 14 o 21 días. Todo dependerá de la variedad que estés cultivando, de si estás utilizando químicos o de si tu cultivo está basado en la agricultura orgánica, del tipo de agua que les estés dando a tus plantas y de los microorganismos beneficiosos o enzimas que estés utilizando.
El concepto del lavado de raíces es realmente sencillo. Simplemente hay que seguir regando las plantas como hasta entonces, excepto por un pequeño detalle: no puedes utilizar nada más que agua. Sin nutrientes. Así se consigue limpiar el sustrato de cualquier acumulación de sales que pudiera haber o, al menos, descomponerla para su posterior uso por parte de las bacterias y los hongos. Otra alternativa es el empleo de enzimas o de bacterias aeróbicas para la descomposición de la materia orgánica vegetal.
El lavado de raíces en el cultivo orgánico
¿Hasta qué punto es adecuado realizar el lavado de raíces en un cultivo 100% orgánico? El medio de cultivo compuesto por el sustrato y por otros alimentos crea un sistema que permite a las raíces acceder a todos los elementos que les sean necesarios.
Eso hace que sea sobre todo en los cultivos basados en el uso de nutrientes químicos donde sea indispensable el lavado de raíces, algo que puede confirmarse con un simple análisis de los niveles de EC y de TDS. Durante las últimas semanas, los cultivadores de hidroponía con un sistema de recirculación deberán ser mucho más cuidadosos que los cultivadores orgánicos cuyo sistema esté basado en el uso de alimentos orgánicos y agua.
Consejos para un buen lavado de raíces
El tipo de maceta que elijas para tus plantas puede ser determinante para un correcto drenaje de las sales y las toxinas. Uno de los mayores beneficios de las macetas de fieltro, según aquellos que las han utilizado, es que no ponen barreras a la evacuación de toxinas y sales. Además, no solo disminuyen la acumulación de nutrientes, sino que permiten un mejor desarrollo de la masa radicular gracias a la poda.
Las enzimas, comúnmente utilizadas en hidroponía para mantener las raíces blancas y libres de patógenos, resultan ideales para acelerar el proceso de lavado debido a su enorme poder de descomposición. Si las combinas, conseguirás no solo aumentar la población de microorganismos en el medio de cultivo sino mantener la zona radicular limpia gracias a su capacidad para transformar la materia orgánica en carbono.
Aun así, recomendamos iniciar el proceso de lavado al menos 14 días antes de la cosecha con un aporte de solo agua. Un truco que algunos cultivadores suelen utilizar es hacer que sus plantas pasen hambre durante los últimos 5-7 días. Según cuentan, es la manera de poner fin al desarrollo y de reducir los niveles de humedad antes del proceso de secado.
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