Antes de que los híbridos modernos coparan el mercado, mucho antes de que la Skunk nos regalara su poderosa fragancia o de que las genéticas autoflorecientes rompieran todos los esquemas, ya existían las Landrace. En realidad, las variedades Landrace de marihuana son el origen de todas las genéticas que encontramos hoy en día en el mercado. Variedades antiguas que se adaptaron a diferentes climas y que han sido cultivadas tradicionalmente durante cientos de años en distintas partes del globo.
¿Qué son las Landrace de la marihuana?
Se conoce que el origen de la marihuana se sitúa en el Himalaya, y que desde ahí se fue propagando por todo el planeta con la ayuda del hombre. Antes de que la humanidad comenzara a cultivarlo, el cannabis crecía silvestre en la naturaleza y, aunque las poblaciones no eran moldeadas a través de procesos de selección y por tanto había más diversidad morfológica, sí se fueron fijando algunos rasgos durante el proceso evolutivo de la planta en interacción con el medio. El primer proceso de breeding de cannabis del que se tiene constancia tuvo lugar hace 6.500 años en Mongolia, un hecho que fue descubierto por el botánico ruso N.I.Vavilov. A partir de aquí y en diferentes puntos del planeta, los agricultores locales comenzaron a cultivar y seleccionar las poblaciones de cannabis, eliminando aquellos individuos que por sus características morfológicas no cumplían con los parámetros deseados (olor, tamaño, producción, vigor), y dando lugar a lo que se conoce como variedades landrace. Por tanto, una variedad landrace de marihuana es aquella que ha sido moldeada por la población local de aquellas zonas geográficas donde el cultivo de marihuana ha sido una actividad tradicional milenaria. Una landrace es el resultado de la adaptación de la planta al medio más la selección hecha por el agricultor. Son variedades con una amplia piscina genética, pues su reproducción se hace a través de la polinización a campo abierto, en la que intervienen muchos machos y muchas hembras, por tanto, hay mucha variabilidad en la descendencia. A pesar del alto grado de heterogénea de las landrace, estas variedades comparten características morfológicas en común que las identifican como grupo, pues los agricultores hacen una selección acorde con sus objetivos. Las landrace se consideran el primer paso en la domesticación del cannabis.
Landrace índicas y sativas…
Hoy en día las variedades que se lanzan al mercado son híbridos creados a partir de estas variedades indígenas, y dado que los breeders han intentado reunir las mejores cualidades de cada raza, resulta muy difícil encontrar genéticas 100% sativa o 100% índica. Sin embargo, no hace tanto tiempo, allá por los años 60 y 70, el cannabis que se consumía provenía de estas variedades landrace que, gracias a la interacción con el medio y las condiciones de cultivo, desarrollaron unas características muy concretas. Tanta diferencia había (sabor, morfología, efecto…), que las landrace se clasificaron según dos categorías muy conocidas hoy en día: índica y sativa.
¿Por qué son importantes las landrace?
Comparadas con las variedades modernas, se podría decir que las landrace presentan unos estándares de calidad más bien bajos, pues gracias a los procesos de breeding que se han realizado en las últimas décadas, se ha conseguido potenciar aquellos rasgos que valoramos del cannabis como el sabor, la productividad, el efecto, etc. Sin embargo, las landrace sí que presentan algunas ventajas respecto a las variedades modernas, como por ejemplo la rusticidad. Si bien es cierto que su heterogénea genética conlleva un menor grado de estabilidad, las variedades landrace ganan en rusticidad, esto es, son más resistentes a las condiciones adversas y se adaptan mejor al medio. Gracias a su amplia piscina genética son capaces de hacer frente a las amenazas presentes en el medio y las variaciones climáticas. Las landrace además, añaden un valor muy importante al contexto del breeding moderno, pues gracias a su ancha banda genética pueden proveer de una amplia representación de genes. Las viejas landrace, pueden considerarse una fuente de variabilidad genética importantísima, una riqueza que se ha perdido con los híbridos modernos. No debemos olvidar que las landrace han sido cultivadas naturalmente durante miles de años y sus propiedades son imposibles de replicar.
¿Qué tipos de landrace existen?
La denominación de las landrace acostumbra a hacer referencia a su localización geográfica, de este modo encontramos variedades landrace como la Acapulco Gold o la Panamá Red. Resulta imposible conocer todas las landrace que existen o han existido a lo largo de la historia, pero sí que podemos hacerte un breve esquema de cuáles son las más conocidas.
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