Nuestro buen amigo y cultivador Ras Truth, del equipo de Emerald Mountain en Mendocino, California, tiene un artículo maravilloso que nos gustaría publicar en el que habla de estrategias de cultivo y su efecto en el mercado de semillas de cannabis: En 2014, se podrán encontrar todas las líneas genéticas de Emerald Mountain en Europa distribuidas por HSO. Estad atentos y entrad regularmente en nuestra página, ¡porque habrá novedades pronto!
La variedad es la sal de la vida
Me interesa evaluar estrategias de cultivo y su efecto en el mercado de las semillas de cannabis. He conservado y cultivado semillas de cannabis medicinal en California durante más de 12 años y he cultivado marihuana en el noroeste del Pacífico durante más de 18 años. Seré el primero en decir que un clon sano y robusto es difícil de superar. Nada es mejor para el cultivo comercial del cannabis que la productividad de una variedad conocida y un buen plan de alimentación en un medio y entorno adecuados. Cualquiera puede descubrir cómo cultivar una o dos variedades que alcancen la perfección. Algunos incluso pueden conseguirlo con 10 o más variedades, y para algunos puede ser gratificante. ¿Pero y si no lo es? ¿Y si cultivar el mismo clon de la misma manera y obteniendo el mismo producto una y otra vez se convierte en un proceso aburrido? Comprendo que cultivar una cosecha tras otra de Headband y OG Kush ofrece grandes recompensas económicas y mantiene el mercado provisto de un producto que los consumidores solicitan. Eso es bueno, ¿pero realmente ayuda a mejorar la calidad medicinal del cannabis en el mercado? No me malinterpretéis. Disponer de un producto de calidad con cantidades conocidas de terpenos y cannabinoides es básico para la producción comercial de marihuana medicinal para los pacientes, con el objetivo de que experimenten el mismo efecto cada vez que la consumen, pero ¿y si la OG Kush no es la mejor variedad medicinal para esa enfermedad concreta? A lo largo de los años, he hablado con muchos cultivadores y productores. Me parece que cuando era joven todos los cultivadores de la época producían todavía a partir de semillas. Cada año producirían nuevas semillas a partir de las existencias del año anterior. Parecía que la conversación se centraba a menudo en la selección y el cultivo y no tanto en fanfarronear sobre la cantidad que habían conseguido o los productos químicos utilizados. Actualmente, parece que el cultivo es un arte que se ha perdido. Incluso los cultivadores de la época buscan ese clon que el mercado consuma y la «fórmula» de alimentación necesaria para obtener los mejores resultados. En estos tiempos variables y con los mercados cambiantes no culpo a nadie por intentar mantenerse a la cabeza del mercado. Soy consciente de que mi hipoteca no ha desaparecido y el coste de la vida aumenta diariamente. Los cultivadores analizan a los consumidores para determinar qué deberían cultivar en un mercado que cada vez está más saturado, en el que cada vez es más difícil ganarse la vida, y donde la producción comercial parece ser cada vez más predominante. ¿Y qué hay de los que preferimos cultivar a partir de semillas? Durante las últimas temporadas, he estado cultivando todo mi cannabis medicinal a partir de semillas, incluso en interiores. Personalmente, me gustan mucho más las plantas cultivadas a partir de semillas que los clones. Me gusta ver las diferencias entre planta y planta. Todo el cannabis que cultivo es endémico, es todo orgánico y a partir de semillas. Los últimos años en el Triángulo de Esmeralda hemos dependido de cambios en los patrones meteorológicos. He hablado con bastantes cultivadores que han tenido problemas con clones en sus jardines exteriores permanentes. Las lluvias de finales de primavera y principios de verano han provocado que muchas de las plantas clonadas se desarrollaran prematuramente y empezaran a florecer en el momento en que deberían estar en pleno crecimiento vegetativo. Que una planta revierta de la floración al crecimiento vegetativo puede llevar a menudo semanas o incluso meses. Conozco a más de una cooperativa de cultivadores que arrancaba clones en periodo de floración y replantaba con semillas iniciales esta primavera. Esto puede ser perjudicial para la cosecha. ¿Por qué no empezar directamente con las semillas? Muchos cultivadores están convencidos de que deben cultivar ciertas variedades o su producto tendrá poco valor en el mercado. Todo el mundo quiere cannabis de marcas conocidas, y si no es de una de las pocas marcas principales, puede que uno acabe esperando hasta finales de verano o principios de otoño. Estrategias de Cultivo Así que la verdadera pregunta es ¿cómo conseguir un producto endémico y permanente a partir de semillas que satisfaga las necesidades del mercado y mantenga al mismo tiempo el vigor y la producción de una planta cultivada a partir de semillas? Leí el libro Marijuana Botany de Robert C. Clark por primera vez cuando tenía quince años. Ese libro cambió mi vida y mi perspectiva sobre el cannabis y su cultivo. Es uno de los pocos libros de este estilo publicados hasta la fecha y es un referente de la época para el cultivo de cannabis. Sin embargo, lo tradicional se está abandonando para dejar paso a nueva escuela emergente que domina el mercado. ¿Y dónde está el término medio? Propongo que exista un camino o vía intermedia en la que se una lo tradicional con lo novedoso y que cualquier cultivador a quién le apasione de verdad lo que hace encuentre su lugar en este mercado en evolución. La primera idea que me gustaría introducir es que cualquiera que cultive a partir de semillas tiene la posibilidad de reproducirlas. La conservación de semillas es tan antigua como la agricultura. Los indígenas de todo el mundo han conservado semillas de cultivo en cultivo desde que se produjo el cambio de cazadores-recolectores a granjeros. La estrategia de Luther Burbank de seleccionar lo mejor y descartar el resto funciona bastante bien para el cannabis, aunque pueda parecer muy sencillo. Así que lo que quiero promover no es mi marca de semillas, sino la idea de que todos deberíamos cultivar y conservar tantas semillas como sea posible en la actualidad, y no solo cannabis. Quién sabe lo que depara el futuro. Así que cuanto más sostenibles y autosuficientes seamos, mejor estaremos. Lo más importante a destacar sobre el cultivo y la conservación de semillas es saber que las existencias de que disponemos son sólidas y que el germoplasma que empezamos a generar no ha sido alterado de ninguna manera con el objetivo de hacer que la descendencia (los hijos) sea estéril. Personalmente evito las semillas feminizadas, especialmente en el caso de reproducción. Creo que las semillas feminizadas tienen el potencial de alterar negativamente y de forma irremediable el acervo génico del cannabis. ¿Os imagináis que todas las plantas descendientes y generaciones siguientes tendieran hacia el hermafroditismo? No sabemos cuáles son los efectos a largo plazo en el ADN de las plantas del uso de productos químicos para modificar el sexo de las mismas y crear semillas feminizadas. Hasta ahora solo he oído comentarios negativos sobre los clones y semillas producidos a partir de líneas genéticas feminizadas. Creo que las semillas feminizadas son buenas únicamente para un propósito: cultivar una cantidad de plantas adecuada para la producción comercial. Yo no las propagaría de ninguna manera. Sin embargo, el ligamiento cromosómico XX parece estabilizar las características recesivas mejor que el ligamiento cromosómico XY. Es a lo que he oído referirse a muchos productores tradicionales como «cruce superior», mediante el uso de polen hermafrodita con estrés inducido por estrés de una planta madre para polinizar la descendencia de dicha madre y obtener las características recesivas deseadas en la siguiente generación. A continuación, dichas plantas se clonan e incluso se utilizan para más reproducciones, a menudo sin problemas en las generaciones siguientes. Es importante recordar que el cannabis tiene el potencial de ser tanto dioico (que tiene órganos reproductores masculinos y femeninos en individuos diferenciados) como monoico (que tiene órganos reproductores masculinos y femeninos en el mismo individuo; hermafrodita) y hay que ser cuidadoso al inducir el hermafroditismo o el cambio de sexo para no terminar con poblaciones completas de plantas hermafroditas. Digamos que estamos hartos de cultivar clones. Estamos cansados de todos los problemas que pueden presentarse, ya sean ácaros, oídio, sensibilidad al fotoperiodo, líneas genéticas débiles o inestables o existencias mal etiquetadas. El año pasado, un amigo mío plantó todo su jardín con clones que creía que eran de Blue Dream y que resultaron ser Chem Dawg. Esperaba una gran cosecha y un cultivo fácil y se encontró con una cosecha escasa y exigente. No hay que decir que el error le fastidió. No es que la Chem Dawg no sea buena, pero era su primer jardín exterior y no salió de la manera que esperaba. ¿Así que dónde empezamos? ¿Dónde conseguimos buenas semillas de macho/hembra tradicionales de una variedad conocida y cómo sabemos que las semillas que compramos serán buenas para empezar? Es una buena pregunta. Una vez hemos encontrado la variedad que nos gusta, aumentar las semillas no es muy complicado. Lo que recomiendo es hacer algunas búsquedas en Internet o consultar con otros cultivadores o dispensarios y ver qué recomiendan. Hay muchísima información buena, pero también información errónea y publicidad circulando, y a veces es difícil discernir lo bueno de lo malo. Haré lo posible para explicarme de forma sencilla y no confundiros. Hay muchos métodos de cultivo que pueden utilizarse y no es tan sencillo como puede parecer. Como he dicho anteriormente, me interesa evaluar estrategias de cultivo y su efecto en el mercado de las semillas de cannabis. Muchas empresas del mercado hacen creer a sus clientes que la estabilidad es esencial y la uniformidad es necesaria. Muchos cultivadores luchan para crear «líneas de cruce endogámico» (IBL). Estoy de acuerdo en que si compramos un paquete de diez semillas y esperamos obtener una variedad específica, queremos que las semillas expresen las características esperadas de dicha variedad. Tomemos la Northern Lights 5 como ejemplo. La NL5 es una variedad de genética pura y estable, y presenta pocas o nulas diferencias con su descendencia. Se ha utilizado como progenitor (padre) de muchas otras variedades. Hay quien dice que la Headband es una mezcla entre Northern Lights y la Diesel. Muchas de las variedades del mercado actual son polihíbridas y solo existen en forma de clon. La Sour o New York Diesel es un ejemplo perfecto. A muchos productores (yo incluido) les ha apasionado tanto la Diesel que han intentado recrearla en forma de semillas. Las colecciones que existen hacen creer que se puede coger cualquier clon y realizar cruces sucesivos (cubing), es decir coger un clon y cruzarlo con un macho de taxonomía similar y retrocruzarlo con la madre un par de veces, ¡y listos! Ya tenemos un grupo de semillas igualitas a la madre. Pero me temo que no es tan sencillo. Una IBL como la de Northern Lights que tiene características dominantes de una genética pura podrá cruzarse sucesivamente de forma sencilla, y en 3 o 4 generaciones la mayoría de su descendencia presentará todas las características de la variedad ascendente. Sin embargo, una variedad polihíbrida altamente recesiva como la Sour Diesel (13 características únicas distintas) dispone de solo 1 posibilidad entre 64 000 de obtener una alineación alela o «ligamiento» para que todas las características se presenten. Si alguna vez habéis cultivado una verdadera Sour/New York Diesel, y aquellos que la han cultivado lo saben, solo se presenta en forma de clon. Así que la pregunta sigue siendo: ¿cómo consigues cultivar tu variedad en forma de clon favorita a partir de una semilla? Y especialmente, una variedad con características altamente recesivas como la Diesel. La respuesta es desarrollar estrategias que conduzcan a obtener el ligamiento necesario para la expresión de las características deseadas en las siguientes generaciones. Siguiendo el método tradicional, empezaríamos con dos variedades P1, digamos una Afhani pura y una Thai pura, y las cruzaríamos para obtener un cruce F1 (primera generación filial). Tomamos nuestras dos F1 favoritas y las cruzamos y obtenemos la generación F2. Seleccionamos las mejores F2 y las cruzamos y obtenemos nuestra F3, y seguimos con F3 x F3 = F4 y etc. siguiendo la línea. Es lo que se conoce de forma habitual como cruces endogámicos, y es una estrategia de reproducción tradicional. La mayoría de las características que se estabilizan mediante los cruces endogámicos son dominantes y con el tiempo se acaba obteniendo una IBL pura como la Northern Lights. El prisma de la mentalidad tradicional se inclinaba por la creación de híbridos estabilizados que se convirtieran en variedades de genética pura. Dichas variedades de genética pura con el tiempo empezaron a sufrir una depresión endogámica, así que fueron cruzados con otros híbridos que a su vez crearon polihíbridos, variedades con más de un grupo de progenitores. Algunas de las variedades de 4 bandas eran bastante buenas. Las variedades originales Skunk de «Sam the Skunk Man» y otros cultivadores de Rob Clark's day estaban hechas de cruces de 4 vías como la Lemon Thai/Afghani x Oaxacan/Nepalese. Finalmente los nombres se acortaron a «Skunk de 4 bandas» o «Skunk» y las variedades locales tradicionales empezaron a desaparecer. Estas híbridas de 4 bandas se cruzaron y estabilizaron convirtiéndose en variedades como la Original Haze, la Big Bud, la Northern Lights 5, la Skunk 1, la California Orange y algunas de las otras variedades de primera categoría que emergieron a principios de los 80 que no llevaban el nombre de su variedad local de origen. No pasó mucho tiempo antes de que nombres como el de la Black Afghani, la Panama Red, la Columbian Gold, la Guerrero Green, la Purple Burmese y la High Mountain Michoucan solo aparecieran en historias que explicaban los padres y tíos de mi generación, y el nombre de las marcas de orígenes desconocidos pasaran a ser los nuevos productos más buscados.
Si disponemos de una variedad que nos gusta y la estamos cultivando a partir de un clon, algo que podemos hacer es intentar rastrear sus orígenes en la red y ver si alguna empresa las vende en forma de semillas. Siempre hay que ir con cuidado al intentar determinar si las semillas son hembra o macho (no feminizadas) y no esterilizadas. Os lo creáis o no, parece que más de una empresa ha adoptado una actitud a lo Monsanto y está poniendo al mercado semillas que han sido alteradas de alguna manera para esterilizar el polen de las plantas macho. Quiero dejar algo claro. Este tipo de chapuza avariciosa no tiene lugar en el mundo del cannabis. Una cosa es que un cultivador quiera proteger su extenso trabajo y conservar sus variedades propias fuera del mercado, pero poner al mercado intencionadamente semillas modificadas genéticamente para crear una especie de gen exterminador es simplemente inapropiado y lo único que espero es que otras empresas con mayor integridad expulsen del negocio a las empresas de venta de semillas que realizan estas prácticas. Todas las semillas que produzco se cultivan mediante estándares orgánicos y biodinámicos y todas las semillas provienen de líneas no feminizadas ni modificadas genéticamente. He sido muy cuidadoso al adquirir únicamente germoplasma de fuentes fiables para garantizar que no acabo cultivando en mis líneas genéticas características indeseadas que no pueda eliminar. Mi intención es que los cultivadores de las generaciones futuras cultiven y reproduzcan dichas semillas. Cada cultivador encontrará las características que le plazcan y con el tiempo acabará disponiendo de variedades estables cultivadas adaptadas al microclima y a la región biológica. Si disponemos de una variedad que nos gusta y no podemos encontrarla en semillas o sabemos que solo existe en forma de clon, necesitaremos determinar una estrategia para reproducir el clon hasta obtener una población de semillas que presente de forma apropiada las características deseadas de la variedad, para que nos sintamos cómodos abandonando el clon y cultivando únicamente la variedad a partir de la semilla. Hasta que hayamos estabilizado la línea genética de las semillas, hay que velar por mantener siempre sana la madre y recordar que de generación en generación algunas características se estabilizarán y otras se perderán. Unos buenos apuntes y un etiquetado adecuado son la mejor garantía para los coleccionistas de semillas. Lo primero que tenemos hacer es pensar en escoger un macho. Es muy importante elegir una variedad de una línea genética similar para conseguir el ligamiento que provoque que las características deseadas se estabilicen. Si empezamos con una variedad con predominancia índica, deberíamos buscar una variedad que también sea de predominancia índica para el macho. Las similitudes en la taxonomía son lo más importante. El macho prestará algunas de sus características a su descendencia, así que es importante encontrar un macho con los progenitores más similares así como las características más parecidas a la madre. El tamaño, la forma y los bordes dentados de las hojas son algunos de los mejores indicadores de compatibilidad genética. Me enseñaron que hay que contar los bordes dentados de una hoja y a comparar el número que tiene una y otra hoja. Si encontramos un macho con una forma y número de dientes por hoja similares a la madre, probablemente se reproducirán fácilmente juntos sin importar la variedad de la planta. Otra cosa a recordar es que todos los híbridos del mercado actual proceden de variedades locales indígenas y que dichas variedades indígenas están todas relacionadas entre ellas. Si empezamos a combinar híbridos entre ellos, podemos acabar con expresiones que no eran visibles en ninguna de las plantas progenitoras. Es importante cultivar una pequeña población de semillas para garantizar que los progenitores son genéticamente compatibles y que obtenemos el ligamiento para las características que buscamos. Si cruzamos dos variedades y la mayoría de características que buscamos no aparecen en la siguiente generación, tendremos que valorar la utilización de un macho distinto. Si hemos intentado cruzar distintos tipos de machos con una variedad hembra en clon y todavía no obtenemos las expresiones deseadas, podría ser que la hembra tuviera demasiadas características recesivas que las IBL habituales del mercado dominan fácilmente. A veces hay que cruzarla con un macho divergente y luego cruzarla de nuevo con la madre para obtener el ligamiento y las expresiones deseadas. Una de las cosas más importantes a recordar durante el proceso es que «la variedad es la sal de la vida» y el objetivo final en cualquier proyecto de reproducción no debería ser recrear una variedad que ya existe, sino crear una variedad que nos guste más que cualquier otra que hayamos cultivado antes. Hemos visto los cruces sucesivos y los cruces endogámicos, dos estrategias simples que funcionan para estabilizar características dominantes. En algún punto ambas sufrirán una depresión endogámica, y aunque todas las semillas crezcan igual y la variedad sea muy «estable», puede que no sea tan buena como solía serlo. Para algunos, la uniformidad es más importante que una calidad impecable. Algunas personas quieren que sus plantas sean iguales y se conforman con hierba suficientemente buena que se coseche al mismo tiempo, tenga un aspecto y olor igual y tenga los mismos efectos medicinales. El mercado, todavía en mayor medida que la opinión personal, obliga a disponer de un producto uniforme. De lo contrario, es más difícil de comercializar. De nuevo, tenemos que analizar la estrategia de reproducción y ver cuáles son los resultados deseados y qué es lo que intentamos conseguir. Cuando empezamos a ver una variación en la población, ¿con qué objetivo seleccionamos? A menudo los cultivadores que trabajan con objetivos comerciales, seleccionan variedades de mayor productividad, de alimentación intensa, de maduración rápida, con resistencia al moho, fácil de recortar, e incluso, aunque cueste de creer, se han seleccionado variedades con olores poco penetrantes. Lo último que quiero es que la marihuana no huela. Quiero que la hierba, que un pequeño cogollo situado dentro de un bolsillo con doble forro y cremallera en mi chaqueta, empape de olor toda la habitación con tan solo entrar en ella. Selecciono para obtener plantas que tengan un olor tan penetrante que cuando abra un tarro para liarme un porro la gente venga desde otra habitación para ver qué está pasando. Uno de los mayores problemas que ha habido con la hierba en los últimos 20 años es la idea que se ha promovido en el mercado de que «cuanto más grande, mejor». Muchas variedades se han reproducido para obtener estas cualidades comerciales y se ha perdido mucha potencia, aroma, acritud, y diversidad de cannabinoides y terpenos. En este punto, me gustaría añadir complejidad al asunto con algunos conceptos que van más allá de los cruces sucesivos o endogámicos básicos. Voy a describir la técnica y estrategia que utilizo para el proyecto de cultivo de la Royal Kush. He trabajado en el proyecto de la Royal Kush durante algo más de 5 años y voy a hacer todo lo posible para describir lo que he hecho y donde pretendo llegar desde aquí. Muchos cultivadores no están abiertos a discusiones sobre sus antecesores o técnicas. Personalmente, pretendo que otros cultivadores y productores utilicen mis líneas genéticas y técnicas. Quiero que las personas cultiven y reproduzcan mis variedades y las muestren al mundo. Todas las semillas que he comercializado son para el cultivo y la reproducción. Cuantas más personas comprendan las estrategias y técnicas que he utilizado, más fácil será que me superen y fabriquen productos superiores a los míos. Con suerte serán abiertos y honestos sobre lo que hicieron y cómo lo hicieron y podremos seguir elevando el listón en lo relativo a los estándares del mercado de la hierba estimulante. Así que empecé con un clon de Sour Diesel de amplia reputación. Buscaba un buen macho con el que cruzarla. Quería un macho joven, robusto y con una estructura mejor, pero potente y escarchado. Empecé a preguntar por ahí y encontré una línea de semillas de un antiguo cultivador que conozco. Decía que se llamaba Salmon Creek Rock Bud. Le pregunté si era una variedad de genética pura. Dijo que había sido un cruce puro en el sur de Humboldt desde 1979, que era una Pre-Soviet Highland Afghani y que era pura como ella sola. Hablamos sobre las características de la variedad durante un rato y le dije que sonaba bien. Entró en el invernadero y salió de él con una planta en una maceta de 7,5 litros y dijo: «Aquí está. Este es el macho que buscas.» Le di las gracias, cogí la planta, la puse en la camioneta y conduje hasta casa. Al día siguiente cogí mi mejor Sour Diesel y el macho de Afghani y las puse juntas en una maceta de 75 litros y entre mi socio y yo la levantamos y la colocamos en una rama de un roble lo suficientemente lejos del área de sin semillas y dejamos que la naturaleza siguiera su curso. En otoño, separamos el cultivo y separamos las semillas y dimos por terminada la temporada. Una vez las semillas estuvieron secas, puse en marcha la escena interior y preparé un par de cientos de ellas. Estaba ansioso por ver cuál sería su expresión y me preguntaba si el aroma a gasolina tipo Skunk de la Diesel se mantendría en la generación F1 o se vería sobrepasada por el aroma a especias y afrutado de la Afghani. La mayoría de las semillas germinaron (el 90 % o superior) y cuando sexé las plantas a unos 60 cm di con la mitad de plantas macho y la mitad de plantas hembras. En ese momento me interesaba más en los machos que en las hembras. Puse todas las hembras en una sala para que florecieran y di un repaso a los machos visual y olfativamente. Lo que busco en un macho es difícil de explicar. Debe tener una buena estructura, tiene que ser vigoroso y tener un tallo resinoso y con olor intenso. Debe tener hojas similares a las de la madre que reproduzco u otras plantas hembra que he cultivado en el pasado y que me gustaron. No busco algo específico sino una combinación de muchas características que compongan un buen producto. Lo más importante para mí es el olor; debe prestarse al sabor que intento crear. En este caso, elegí 40 machos de entre unos cien especímenes. ¿Por qué tantos?, se puede pensar. Bien. Digamos que no intentaba aislar o hacer un cruce endogámico, sino lo contrario: estaba intentando crear tantos tipos de fenotipos entre los que elegir como fuera posible. Estaba poniendo en práctica lo que se conoce como estrategia «crucial» o «escopeta». Cogí 40 machos Diesel/Afghani la totalidad de los cuales tenían un olor húmedo de tipo Diesel y características similares a las de la Sour Diesel, y las puse juntas en una sala con mis variedades en forma de clon favoritas en esa época. Disponía de Purple Kush, Purple Erkle, Granddady Purps, Biggest Darkest Purple, LA Kush (también conocida como Headband), Sour Diesel, SuperDawg (Amhurst Super Skunk/Chem Dawg), y South Jetty Trainwreck. En esa época eran los clones de mayor calidad y más codiciados en Humboldt. La OG Craze todavía no había llegado al triángulo y estos esquejes eran sin lugar a dudas lo mejor de la ciudad. Así que volví a cambiar las luces (6 x 600 w) y dejé que la naturaleza siguiera su curso. En un par de meses, tenía tantas semillas que no sabía qué hacer con ellas. Así que empecé plantando unas doscientas de cada variedad de a una y a buscar las características prefloración que me gustaran. Tengo experiencia en cultivo ecológico y he leído mucho de Luther Burbank y otros cultivadores de plantas como Carol Deppe y el trabajo de John Jeavons. Toda la información que he recogido a lo largo de los años me ha llevado a creer que lo ideal es empezar con grandes poblaciones de plantas y seleccionar las mejores para hacer ensayos, aumentando las posibilidades de encontrar la planta perfecta. Así que durante los siguientes dos años, algunos de mis socios y yo pasamos mucho tiempo realizando ensayos con distintos fenotipos buscando la planta perfecta. ¿Podéis imaginar una sala tras otra llena de plantas distintas? Estábamos trabajando con cruces de Diesel Afghani, Maui Super Dawg y LA Kush x Mazari Sharif/Purple Hawaiian Thai. Y si hablamos de incompatibilidades genéticas, la Kush Mazari (o KMZ, que es como se denominó) fue un desastre. Conseguí semillas de Mazari/Hawaiian de un cultivador de exteriores de la época que me dijo que eran fantásticas. Me dio un poco de costo y me dejó sin palabras. Fumé dos caladas de costo de la Purple Mazari y me quedé colocado hasta la médula durante unas 24 horas, y eso que fumaba mucho en la época. Cogí las semillas y las cultivé, presenciando la planta de mayor predominancia índica que jamás había visto. Elegí mis dos machos favoritos y los crucé con la LA Kush (Headband). No sé qué pasó, quizás algo entre la Purple Thai de la Mazari y alguna característica genética latente de la Thai en la LA Kush (Headband), pero las plantas se volvieron locas, literalmente. Florecieron durante cuatro semanas con una pinta fenomenal y de repente empezaron a crecer largas ramas de macho en los costados de los cogollos en proceso de desarrollo. Ninguna de las plantas progenitoras pasó a hermafrodita, pero al cruzarlas… Fue horrible. Nos costó un mes o dos garantizar que habíamos exterminado todos los clones y madres de la infame KMZ. Tras 18 meses habíamos pasado de una enorme población de plantas a alrededor de 100 madres y ya solo hacíamos ensayos con fenotipos que nos gustaban. Nos gustaba mucho la DDA (Diesel/Diesel Afi), con muchos fenotipos y sabores de tipo Diesel, con notas de regaliz, limón y especias. Tenía muchas variaciones ligeras. Sin embargo, ninguna alcanzaba todas las características de la Sour Diesel. La KDA (LA Kush/Diesel Afi) tenía al menos 7 expresiones distintas de primera categoría y un par que eran muy constantes y con cosechas convencionales. Me gustaría volver a tener una KDA #33, si alguien tiene alguna por allí. La MSD (Maui/Super Dawg) tenía unas cuantas que eran buenas pero solo un par eran fenomenales. Y la PKDA (Purple Kush/Diesel Afi) tenía muchas variaciones: algunas buenas y otras no tanto. Había un esqueje que era simplemente buenísimo, la PKDA #8. A finales del segundo año ya solo teníamos diez madres de un número inicial estratosférico de plantas que no quiero ni mencionar. En la cooperativa operábamos con entre 10000 y 20000 en el periodo vegetativo y hasta 50000 en el periodo de floración en cualquier momento dado, dedicados a esfuerzos de cultivo. Y una vez estuvo todo dicho y hecho, había dos clones únicos y distintos que merecía la pena introducir en el mercado medicinal del Norte de California: la PKDA #8 y la MSD #12, que acabaron apodándose Royal Kush y Truth. Empezamos a hacer circular clones de la Royal y la Truth entre los miembros de nuestra cooperativa. Al inicio había una política estricta de «solo para los colegas cercanos». No quería que mis producciones genéticas acabaran en manos de un estúpido mocoso de la nueva escuela. Lo último que quería era un producto en el mercado que llevara nuestro nombre y que no estuviera cultivado siguiendo nuestros estándares ni tuviera nuestro sello de aprobación. A todos los que probaron los clones, les encantó. Era genial tener nuevos sabores al mismo nivel que el resto de las variedades de alta categoría. La Royal sigue siendo en la actualidad una de las variedades favoritas de los fumadores más empedernidos que conozco de la zona del triángulo de Esmeralda, y la Truth sigue siendo el clon más estable de más de un jardín de cultivo medicinal de la zona. Retrocruzar la Truth fue sencillo. Cultivé unas doscientas semillas escogidas de los mejores tres machos y las retrocrucé con el clon. Cultivé unas doscientas del retrocruce F1 y la primera generación presentaba todas las características que me gustaban para que fuera una línea genética pura. De nuevo, escogí mis tres machos favoritos y los retrocrucé con la madre y, de nuevo, un alto porcentaje presentaba todas las características que buscaba. La planta madre presentaba una predominancia y los machos mostraban un buen ligamiento de características, y una simple estrategia de cruce sucesivo funcionaba. La crucé sucesivamente con la madre un par de veces más, cada una de ellas con tres machos, y luego las saqué al mercado. Creo que el retrocruce F4 es bastante estable aunque todavía hay suficiente variación para que cada cultivador seleccione las características que desea. Descubrí que las características de la Maui habían empezado a dominar sobre las características de la Super Dawg y que era momento de dejar la reproducción endogámica y empezar de nuevo con la hibridación. Así que la crucé con la Pure Kush, la OG Kush, la Headband y la Diesel Afghani. Hasta ahora, estoy satisfecho con los resultados. La Super Dawg en la Truth parece alinearse muy bien con toda la línea genética de la Chem. El cultivo de la Royal no fue tan sencillo. Escogí el clon de la PKDA #8 al que le habíamos dado el nombre de Royal Kush y acudí a mi banco de semillas donde escogí unas doscientas semillas de la PKDA F1 original y me las llevé para encontrar unos cuantos padres potenciales. Había muchas variaciones en la generación F1, mientras que algunos híbridos tienen muy poca variación en la población F1. Yo atribuiría esta variación al hecho de que es un polihíbrido proveniente de un polihíbrido, aunque la Highland Afhgani y la Purple Kush eran líneas genéticas puras estables, la Sour Diesel no solo es una polihírida, sino que además hay ciertas especulaciones de que había algún poliploide inducido en los progenitores. Esta podría ser una de las razones por la que es difícil de estabilizar. Un mentor mío, que formaba parte del equipo original de la New York Diesel, cree que tiene más grupos de cromosomas que casi todas las variedades y que por eso algunas de las características se pierden y no son capaces de alinearse con nada. Dice que utilizaban colchicina en algunos de los progenitores, que afirma que eran la Big Bud, la Northern Lights y la Skunk. Hice una criba de los fenotipos y finalmente encontré 7 machos que creía que podían alinearse bien. Utilicé siete machos distintos porque sabía que si elegía solo uno y no obtenía el ligamiento que buscaba tendría que empezar de nuevo con la F1. Cultivé siete machos en una habitación llena de clones de Royal y di paso a la polinización en toda la sala. Cuando seleccionaba características en los machos, los principales rasgos que buscaba eran un olor similar del tallo, una estructura similar de la planta y de las horas, y vigorosidad. Como he mencionado anteriormente, lo esencial para elegir un buen macho no es basarse en una característica u otra, sino que es la suma de todas las partes. Todas las características de la planta deben gustarme y deben recordarme a la madre en todos los aspectos, especialmente en el olor del tallo. Cuando froto el tallo del macho y lo huelo y luego froto el tallo de la hembra y hago lo propio, me gusta que sean cuanto más idénticos, mejor. El siguiente paso era cultivar unas doscientas semillas de la F1 y unos pocos cientos de semillas de la F2. Empecé a realizar una selección antes de ver el primer grupo de hojas; la predominancia índica de la Highland Afghani es distinta de la de la Royal Kush. La Royal favorece la estructura de las hojas de la Purple Kush y las hojas largas tienen picos dentados. La Highland Afghani se parece más a la Diesel pero es ligeramente más ancha, con las hojas clásicas de cinco puntas típicamente índicas. Al cultivar la generación F1 de hembras, descubrí que los fenotipos de hojas anchas se inclinaban hacia las especies de la Afghani y los de hojas esbeltas y dentadas se inclinaban hacia la Kush. Lo primero que hago es empezar descartando todas las plantas que sé que no tienen lo que busco. Si sus hojas se asemejan más a las de las fresas que a las de la marihuana, entonces sé que no son lo que busco. Puedo eliminar entre el 25 % y el 50 % de la población antes de encontrar el primer grupo de hojas verdaderas de cinco puntas. He aprendido que se puede descubrir mucho sobre una planta analizando sus hojas espinadas (el primer foliolo a salir tras las hojas cotiledóneas). Se pueden contar los dientes y aprender a juzgar la forma y la estructura de la hoja a una semana de la germinación. En mi caso, realizo muchas selecciones cuando las plántulas son pequeñas y fáciles de manejar. Me libro de cualquier brote malo o débil y soy bastante severo con mis criterios. Quiero pasar de una población de 500 a una población de 100 o inferior antes de que aparezca el tercer grupo de hojas. A continuación quiero elegir esas aproximadamente noventa plántulas no sexadas para plantarlas en una maceta y verlas crecer. Normalmente utilizo macetas de entre 7,5 y 18,9 litros actualmente. Me aseguro que todas las plantas reciben luz y riego de manera uniforme y que están bien espaciadas. Quiero ver la expresión más pura posible del genotipo. No quiero que el entorno altere sus expresiones. Una vez las plantas han crecido unos 60 cm y empiezan a mostrar su sexo, empiezo a separar las plantas macho de las hembra. Por muy extraño que pueda parecer, empiezo a escardar las hembras. Algunas veces las pongo en una sala de floración o de reproducción si parecen prometedoras, pero en realidad lo que persigo es el grupo perfecto de machos. En este momento del proceso, analizo detalladamente todas las expresiones taxonómicas y compruebo los distintos olores del tallo mientras tomo nota de las variedades de olores y estructuras de hojas y cómo se corresponden entre ellas. Mi objetivo es hacer criba hasta seleccionar los diez mejores machos de una población de quinientas plantas o superior. Una vez he encontrado los diez machos, tanto de la generación F1 como de la F2, vuelvo a la sala de reproducción y la lleno con los machos elegidos y los clones de Royal Kush y las pongo a 12/12 y les dejo seguir su curso. Debido a que mi interés es producir existencias de cultivo y no existencias de semillas para comercialización, doy paso a la polinización una vez durante varias semanas, y hago entrar a los machos y a las hembras en el periodo de floración al mismo tiempo. Mi mayor preocupación es que los primor meridia (los primeros pistilos en emerger en cada nodo, junto con los meristemas apicales y laterales) se polinicen con el primer polen que cae. No me preguntéis el porqué, solo es un antiguo secreto chino que me transmitieron los maestros de Wu Li de la danza. Cuando quiero optimizar la producción de semillas, las polinizo dos veces: la primera en la tercera semana, y la segunda en la sexta semana de producción de flores, y hago florecer dos grupos de machos, ambos antes del punto de polinización en unas cinco o seis semanas. Eso significa que hago que el primer grupo de machos entre en el periodo de floración tres semanas antes que las hembras y el segundo al mismo tiempo que las plantas madre. De esta manera se garantiza un pico de producción de polen en el momento de la polinización. Inicio la polinización soltando a los machos maduros con las hembras con los pistilos florecientes durante 24 a 48 horas y a continuación retiro los machos hasta que las primeras semillas se han establecido y el segundo grupo de pistilos están floreciendo y listo para la polinización. Entonces introduzco el segundo grupo de machos en el momento de máxima producción de polen y dejo que hagan su aportación. Entonces, el segundo grupo de semillas puede madurar. Sobre las cuatro semanas después de la polinización, las semillas están listas para cosechar. Así que ahora dispongo de una población de semillas que incluye la hembra PKDA #8 (Royal Kush) y los machos de la PKDA F1 y la PKDA F2 (Royal Kush/PKDA F1). Para facilitar la operación, voy a llamar P1 al clon de la Royal Kush, F1 al primer retrocruce, y F2, F3, F4, etc. a los retrocruces siguientes. Cada vez que repito el proceso de selección descrito anteriormente, aumento el número de generaciones incluidas en la población inicial. Utilizo 100 semillas de la F1, 100 semillas de la F2, 200 semillas de la F3, 200 semillas de la F4, etc. Selecciono mis machos y los retrocruzo con la variedad en clon P1, que en este caso es la Royal Kush. Separo todas las características que no me gustan y en cada una de las generaciones siguientes obtengo un porcentaje mayor de características que me satisfacen. Todavía encuentro algunos rasgos de la Afghani tradicional y no sé si algún día será completamente fiel al fenotipo de Royal Kush. He utilizado esta estrategia de retrocruces multigeneracionales durante siete generaciones (no bromeo, me ha costado tiempo y paciencia) y he lanzado lo que denomino la Royal Kush 7. No es una línea genética pura y no intentaba que lo fuera. Hay muchos fenotipos que aparecen que son muy cercanos por no decir iguales a su madre. Hay alguna variación, por lo que el cultivador puede elegir las características que le gusten y continuar seleccionando según su gusto personal, así como según el entorno y el clima. Espero ver nuevos fenotipos de población de semillas en circulación pronto. Aunque a muchos compañeros les va genial con el clon original, tiene al menos 5 años y quién sabe a cuántas generaciones de clones se encuentra de la planta de semilla original. No me importa lo bueno que alguien sea conservando madres y recortando clones (yo he recortado más clones de los que puedo contar, literalmente), con el tiempo la variedad empieza a perder su vigor. Supongo que se puede probar con terapia de hormonas en tu variedad de clon de 20 años para mantenerla viva, o separar semillas y cultivar plantas en busca de la variedad perfecta que te encandile. La Royal Kush 7 es genial para cualquier buen cultivador que quiera utilizar algunas semillas y empezar a obtener más semillas y realizar cruces endogámicos con ellas. A estas alturas, debería ser lo suficientemente fácil seleccionar un clon y empezar a cruzarlo sucesivamente con machos de expresiones similares e iniciar un proyecto propio de retrocruces multigeneracionales o simplemente optar por la metodología fiel, probada y tradicional de seleccionar la mejor hembra y cruzarla con el mejor macho. Pero si uno está cansado de cultivar clones y no le teme a trabajar duro, debería ser capaz de estabilizar una línea de semillas a partir de sus existencias de manera bastante rápida con o sin el clon original. Una vez tenga la oportunidad de trabajar más en ello, haré todo lo que pueda para conseguir una versión más estable. Aun así, es importante para todos los cultivadores tradicionales (al menos 20 años de experiencia) no olvidar sus raíces, actualizar el acervo génico y empezar a cultivar con semillas de nuevo. La Pure Kush, la OG Kush y la Headband parecen reproducirse bastante bien al cruzarlas con variedades puras estables de la Afghani. Así que es momento de alejarse de los botes de carretes de cámaras y dejar atrás la Skunk tradicional para adentrarnos en las variedades de Kush con las que toda la ciudad se vuelve loca. En resumen, la Royal Kush es un híbrido de predominancia índica obtenido a partir de una Purple Kush pura y tradicional del sur de Humboldt, una Sour Diesel auténtica y una Pre-soviet Highland Afghani. Proporciona un colocón profundamente meditativo, tranquilizante, intenso y realmente medicinal, de calidad cerebral potente. La Royal se desarrolla bien en interiores, exteriores, con privación de luz y en invernaderos. Es resistente al moho y tiene un sabor a tierra, un aroma profundo estilo Kush con notas de gasolina, de tipo Skunk y de uva, cargada de tricomas, y con notas de lima y a aceitunas verdes con un color entre lavanda y púrpura, con una cosecha media, un periodo de floración de 63 días, y un calendario de cosecha situado entre principios y mediados de octubre. Hemos utilizado machos seleccionados de seis generaciones distintas de plantas de Royal Kush y las hemos cruzado repetidamente de nuevo con la madre. Hemos estado trabajando para crear un acervo génico diversificado en la línea de la Royal Kush para obtener un mayor potencial genético, en vez de utilizar cruzarlo endogámicamente para estabilizar las características. Disponemos de siete generaciones de cruces sucesivos (cruzados de nuevo con la madre). Cada generación tiene machos de generaciones siguientes. Por ejemplo, la P1 (la selección original) cruzada por la F1, luego la P1 x F1 y F2, luego la P1 x F1, F2 y F3, luego la P1 x F1, F2, F3, y F4, y así sucesivamente. Cada uno de los machos seleccionados presenta las características que queremos transmitir a la descendencia. No recomendamos estas semillas para cultivadores novatos. En Emerald Mountain Seed Company, desarrollamos estas semillas para que nuestros clientes las cultiven y produzcan excelente marihuana de uso medicinal, con la intención de aislar madres originales de alta calidad y proporcionar también unas buenas plantas exteriores constantes. Mucha suerte y feliz cosecha. *(Un bote de carrete de fotos es un pequeño contenedor de plástico que solía contener la película de las cámaras de fotos. Muchos cultivadores de hierba de la época solían utilizarlo para guardar sus reservas en él. El carrete es algo que se usaba para las cámaras antes de que el mundo se volviera digital.) Ras Truth
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