Algo se mueve rápido en esa zona, en el desierto que empuja a la ciudad de Los Ángeles contra el mar. Hasta hace muy poco tiempo era un área deprimida económicamente, pero el cultivo de marihuana para fines terapéuticos está comenzando a ser una salida para las ciudades que más sufrieron la crisis. Desert Hot Springs fue la primera localidad en permitir el cultivo, le siguió Adelanto y ahora Cathedral City se quiere sumar a la lista de poblaciones que ven en el cannabis una oportunidad de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Desert Hot Springs, una localidad pionera en el cultivo de marihuana medicinal a gran escala, se está llenando de cannabicultores y empresarios relacionados con la industria. Y los efectos para la economía local son notorios desde el primer instante. Por ejemplo, nuevos propietarios están comprando terrenos antes baldíos en medio del desierto gracias a las nuevas leyes estatales que permiten el cultivo de cannabis para fines terapéuticos. A pesar de la necesidad de nuevas infraestructuras para el cultivo en interior y de la incipiente industria, las autoridades, progresistas, ven con muy buenos ojos el impulso a la economía que el cannabis puede ofrecer a la zona. "Solo puedo imaginar lo que haremos con los impuestos", explica el alcalde, Scott Matas. "Necesitamos parques, nuestras carreteras están desgastadas. Todo: los paseos, bordillos, cunetas", añade. La ciudad ayuda a los emprendedores a lanzar sus proyectos, porque Desert Hot Springs no es la única localidad de los condados próximos en la que el cannabis se vive como una nueva fiebre del oro. Y la competencia puede ser atroz. La incursión en la marihuana viene de una necesidad de financiación pública tremenda. La ciudad intentaba desde hacía mucho tiempo atraer inversiones en turismo y 'resorts' como ya hacían los vecinos más ricos del sur del Valle de Coachella. Sin embargo, la ubicación no les permitía desarrollarse como sí lo hizo, por ejemplo, la turística Palm Springs o Indian Wells, famosa mundialmente por el abierto de tenis.
En 2014 el Ayuntamiento decretó la urgencia fiscal y votó a favor de legalizar los dispensarios de marihuana y el cultivo para fines medicinales. Desde que se aprobó la ley local, las autoridades han dado el visto bueno a 11 proyectos que pretenden cultivar 16 hectáreas. Cada año la ciudad gravará con 25 dólares el metro cuadrado de cultivo por los 3000 primeros y 10 dólares por el resto. La policía, que tenía reservas acerca de este nuevo estatus legal, ha cambiado su parecer y apoyará a los agricultores con cámaras de video vigilancia conectadas con la comisaría. Mientras, los empresarios contratarán seguridad privada. Además, según explica el jefe de policía local Dale Mondary, se plantarán "cultivos hostiles" como cactus y otras plantas como medida disuasoria ante los intrusos y los eventuales robos en las plantaciones. Aunque todavía no hay ningún cultivo en marcha, se espera que este verano comiencen a andar los primeros negocios. Los cultivadores, que durante años han vivido la clandestinidad en garajes y otros espacios 'underground', se muestran esperanzados al poder emplearse como cualquier otro trabajador. Además, se está construyendo un parque empresarial de 35.000 metros cuadrados donde se puedan alojar cannabicultores y comercializadores. Su promotor, Bob Selan, explica que las dificultades para levantar el proyecto en medio del desierto son grandes. "La manera en la que tienes que diseñar un complejo como este con control del clima, ahorro de agua y energía dificulta el proceso y lo encarece. Tenemos consultores, ingenieros, arquitectos, abogados, contables… y, encima de todos ellos, a los expertos en cannabis". Otra de las dificultades que está apareciendo en la zona debido al 'boom' de la marihuana medicinal es que los proyectos se podrían retrasar por la ausencia de infraestructuras industriales en el condado. Sin embargo, y en plena sintonía con la pujanza de la economía verde, las autoridades de Desert Hot Springs han anunciado que contratarán a un director de proyectos para que asesore a los agricultores con los problemas de infraestructuras que se puedan dar mientras arrancan sus negocios. Todo este proceso de apertura está impulsado por el cambio legislativo que se aprobó el pasado año en el estado. Los cannabicultores podrán solicitar licencias estatales hasta 2018, pero antes deberán mostrar que tienen permisos locales para cultivar. Por eso es muy importante que ciudades como Desert Hot Springs comiencen a impulsar la industria. Mientras, las ciudades compiten por atraer nuevos negocios Hace unos meses la vecina ciudad de Adelanto comenzó a cambiar su faz. Históricamente, esta pequeña población había basado su economía en las cárceles de alrededor, pero todo cambió con la nueva ley que permite el cultivo de cannabis. John 'Bug' Woodard, el regidor de Adelanto, explicó que no tenían nada que perder y consideró que la ciudad no podía retroceder más de lo que ya había hecho. "Estaba en la ruina", dijo. Además, Ky-Mani Marley, hijo del mítico cantante Bob Marley, consiguió una licencia para cultivar. Marley puede servir como reclamo para nuevos proyectos, dada la defensa que su padre realizó de las propiedades del THC. Es solo un comienzo para Adelanto, pero ya hay 27 empresas con permiso para cultivar y se espera que la primera cosecha llegue en unos meses. Con ella, los ingresos del sector tendrán que notarse a favor de la, hasta ahora, deprimida economía local. La tercera ciudad en el sur de California en abrazar la fiebre verde ha sido Cathedral City. Hasta la fecha los funcionarios del ayuntamiento han aceptado unas 20 peticiones para cultivar y abrir comercios relacionados con la marihuana. Esta población del condado de San Bernardino también sufrió la crisis económica los pasados lustros y ha pedido a los cannabicultores que se quieran establecer en la zona que firmen un documento por el que reconocen las dificultades financieras y que no se opongan a las iniciativas para subir determinados impuestos locales.
Hasta el momento el Ayuntamiento de Cathedral City ha aprobado 30 peticiones para cultivar unas 11 hectáreas. Algunos, como en Desert Hot Springs, se ubicarán en zonas desérticas antes abandonadas para la agricultura. Por su parte, la localidad que da nombre al valle, Coachella, ha habilitado para los cannabicultores una zona antes dedicada al desguace de coches. El alcalde, Steven Hernandez, espera que la incipiente industria de la marihuana ayude a paliar las estrecheces económicas de sus convecinos, en particular mano de obra inmigrante. "Tenemos mucha gente trabajando en los campos todos los días. Si conseguimos elevar sus ingresos hasta la media podrían comprarse una bonita casa en Coachella y quizás no tener que trabajar tanto".
Si bien es posible que se legalice la marihuana en California para fines recreativos, solamente la industria médica sirve para levantar la economía de todo un condado. En el norte, cerca de San Francisco, en el llamado Triángulo Esmeralda, llevan años de adelanto en este aspecto. Tal nombre hace referencia a tres condados, Mendocino, Humboldt y Trinity, donde se comenzó a cultivar marihuana de forma masiva a mediados de la década de los 60 y que actualmente alberga los cultivos de HSO. Con la aprobación de la ley 215 en 1996, la región fue pionera en la profesionalización del proceso. La industria explotó en esta zona con la legalización del empleo terapéutico. En el Triángulo Esmeralda se cree que, de una manera directa o indirecta, casi todos los habitantes de la región viven de la marihuana. Además, allí su cultivo se considera más que un negocio, todo un modo de vida. En el sur, ahora, tienen un espejo donde mirarse y aprender. Y lo están haciendo rápidamente.
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