Para obtener flores de marijuana de la mejor calidad cultivando en interior, hay que tener en cuenta aspectos como la genética, la fertilización, la iluminación, el medio de cultivo, la temperatura o la humedad. A todos ellos se añade otro concepto conocido como déficit de presión de vapor o DPV, una fórmula que permite calcular la diferencia de presión entre la superficie del tejido foliar y la humedad relativa del aire. A continuación te explicamos en qué consiste exactamente el déficit de presión de vapor y cómo incide en la temperatura y la humedad necesaria para cada fase del ciclo vital de las plantas.
Indice
Por Stoney Tark
¿Qué es la humedad relativa?
Antes de empezar a calcular el déficit de presión de vapor, es útil entender el concepto de humedad relativa del aire, un valor que se puede medir, junto con la temperatura, con la ayuda de un termohigrómetro. Cada fase del cultivo de interior requiere de un nivel de humedad relativa distinto, que suele ser del 70-75 % para la germinación, el enraizado de esquejes y el periodo vegetativo, y del 30 % para la floración.
Es importante saber también que la humedad fluctúa en función de la temperatura, haciendo que las plantas transpiren más o menos a través de las raíces y de las hojas para adaptarse al ambiente. Es por ello que, cuando en pleno verano, al calor se le suma un nivel de humedad elevado, la sensación es de gran incomodidad.
En este tipo de situaciones, el cuerpo humano desempeña sus funciones de ósmosis de manera diferente y produce más sudor, así como una menor cantidad de orina que permite mantener la hidratación y un nivel adecuado de sales minerales. Al igual que los humanos, las plantas también sienten una sensación de incomodidad cuando hay demasiada humedad y calor en el ambiente, y utilizan sus propios mecanismos para adaptarse al entorno. Es ahí donde entra en juego el concepto de DPV, que una vez dominado permite mejorar significativamente el vigor y la salud general de las plantas y, por tanto, su rendimiento.
¿Qué es el déficit de presión de vapor?
Las guías de cultivo de interior suelen recomendar adaptar la humedad relativa y la temperatura a las diferentes fases del ciclo de vida de las plantas, pero ninguna, al menos no las más tradicionales, hace mención al déficit de presión de vapor, un concepto que los cultivadores concienzudos tienen cada vez más en cuenta. Al igual que el agua fría tiene mayor capacidad de retener oxígeno disuelto que el agua caliente, también el aire frío retiene mejor la humedad, capacidad que va disminuyendo a medida que la temperatura aumenta.
El DPV se mide en kilopascales, una unidad de presión, y su importancia radica en que cuando la humedad relativa es elevada, el DPV se mantiene bajo, mientras que si la humedad relativa desciende, el DPV asciende. Por lo tanto, cuanto más elevado es el DPV, más posibilidades hay de que el aire se seque y, con él, lo hagan también las hojas.
Cómo calcular el DPV
Para calcular el DPV, primero necesitarás conocer la humedad relativa (HR) del aire, que puedes calcular mediante la siguiente formula:
HR = (VA/VS) x 100(%)
donde VA equivale al vapor de agua contenido en el aire en un momento dado, y VS, al vapor de saturación o vapor máximo necesario para saturar el aire a una temperatura dada.
Además de la humead relativa (HR) de la habitación, también necesitarás conocer la presión de vapor de saturación (PVS) de las hojas y del aire, que dependerá de la temperatura a la que se encuentren (para medir la temperatura de las hojas puedes utilizar un termómetro de infrarrojos). Una vez que tengas todos estos datos, multiplica el PVS del aire por la humedad relativa y réstaselo al PVS de las hojas para obtener el DPV.
DPV= PVShojas – (PVSaire x HR)
Existen tablas de DPV que indican el valor ideal en función de la temperatura y de la humedad, aunque hay que tener en cuenta que se trata de simples guías y que cada planta es diferente. Además, como con cualquier fórmula, es importante que los valores utilizados sean precisos. En el caso de la temperatura de las hojas, por ejemplo, podrían obtenerse resultados diferentes en función de la zona en la que se realice la medición. También hay que tener en cuenta que ser muy estrictos con el DPV puede llegar a producir estrés o aumentar el riesgo de patógenos en caso de que se eleve demasiado la humedad.
¿Cómo afecta el DPV a la absorción de CO2?
Nada más encenderse las luces, el metabolismo de las plantas se activa de forma completa, y tras una hora recibiendo luz, los estomas presentes en la superficie de las hojas comienzan a abrirse para absorber el CO2 necesario para la fotosíntesis, que les permite generar oxígeno como subproducto. Para que la fotosíntesis se desarrolle correctamente, es fundamental que los estomas se encuentren en un ambiente adecuado, y a ello contribuye enormemente contar con un valor correcto de DPV.
Cuando el nivel de humedad es alto, los estomas se abren y absorben el CO2 que utiliza la planta durante la fotosíntesis, mientras que si la humedad es baja, los estomas tienden a cerrarse. Es por ello que aumentando el nivel de humedad, aumenta también la tasa de fotosíntesis, aunque no hay que olvidar que también habrá mayor riesgo de que se desarrollen patógenos y enfermedades. En cualquier caso, la humedad relativa incidirá directamente en el funcionamiento de los estomas, que a su vez contribuirá a que las plantas se sequen y se marchiten o a que crezcan sanas y llenas de vigor.
Consejos para un mejor control del clima en el cultivo de interior
- Si funcionar con valores DPV te resulta demasiado complicado, puedes optar por controlar la temperatura y la humedad con un termohigrómetro, que además te dará información sobre los valores máximos y mínimos de las últimas veinticuatro horas.
- Utiliza un humidificador o deshumidificador, según corresponda, para mantener un nivel de humedad adecuado, de en torno al 75 % durante el crecimiento y cercano al 50 % durante la floración.
- Mantén los extractores, intractores y ventiladores oscilantes encendidos las veinticuatro horas del día para evitar que el aire se estanque y mantener el ambiente fresco.
- Instala un regulador de temperatura y ventilación para que tanto la humedad como la temperatura se mantengan siempre en valores adecuados para las plantas. Aunque se trata de un aparato algo costoso, te ahorrará un montón de trabajo y te permitirá dar un importante salto cualitativo.
- Si vas a utilizar suplementos de CO2, ten en cuenta que la temperatura de la habitación deberá superar los 30 ºC y estar acompañada de niveles muy elevados de humedad. Aumentar en exceso la temperatura y la humedad es una línea roja para muchos cultivadores, así que es importante pensárselo bien antes de lanzarse a utilizar suplementos de CO2.
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