Cuando se cultiva en interior, lo ideal es que las platas puedan crecer sin limitaciones como hacen en exterior. Sin embargo, por las características restrictivas de los espacios de interior, muchas veces los cultivadores se ven obligados a aplicar periodos vegetativos cortos. A continuación encontrarás algunas ideas para conseguir que tus plantas de marihuana crezcan lo máximo posible antes de entrar en floración.
Por Stoney Tark
Poda apical
Las plantas que muestran un cogollo central principal rodeado por ramificación secundaria presentan una estructura que se conoce como dominancia apical. Esta disposición de las ramas es la que desarrollan las plantas de cannabis de forma natural, por lo que, si no se podan o se pinzan, la altura puede volverse demasiado elevada como para que el cultivador pueda trabajar de forma cómoda.
Mi consejo: pinza o poda el tallo principal en una fase temprana para que, en lugar de crecer verticalmente con la clásica estructura de la dominancia apical, la planta desarrolle nuevos brotes que favorezcan el crecimiento lateral. Mediante esta sencilla técnica, reducirás los niveles de auxinas, las hormonas del crecimiento de las plantas, de forma que su estructura cambiará de forma casi inmediata. Aplicándola varias veces seguidas, podrás obtener unos 16 cogollos principales en un breve periodo de tiempo.
Low stress training
La técnica de cultivo low stress training (LST), que consiste en atar las ramas de la planta, es una excelente forma de ensanchar su estructura y permitir que las ramas inferiores crezcan a la par que las superiores.
Mi consejo: ata la totalidad de las ramas para fortalecer todos los nodos y obtener ramas más resistentes de cara a una producción abundante, así como para favorecer una estructura mucho más densa. En principio, debería bastar con atar las plantas una o dos para conseguir una estructura abierta que pueda aprovechar la luz lo máximo posible.
Super cropping
El super cropping es una técnica que se considera de alto estrés, por lo que para aplicarla hay que conocer muy bien las plantas y no dejarse amedrentar por la situación. No en vano, consiste en fracturar el tallo central y las ramas principales para desencadenar una respuesta de reparación que aumente los niveles de las hormonas de crecimiento.
Mi consejo: realiza las fracturas en las ramas una vez las hayas atado. Esto funciona especialmente bien en el tallo central de plantas cuyas ramas se hayan atado siguiendo la técnica main-lining. En cualquier caso, lo principal es dejar a las ramas el tiempo suficiente para que se recuperen y formen un callo leñoso antes de volver a fracturarlas, así como no aplicar la técnica durante la floración.
SCROG
La técnica SCROG consiste en utilizar una espaldera o rejilla que, en vez de servir como mero apoyo para las ramas, fomente el desarrollo de los cogollos principales, quedando descartados los menos interesantes.
Mi consejo: si solo vas a cultivar un par de plantas, lo que mejor funciona es utilizar una malla, que en combinación con la técnica del pinzamiento y del LST, te permitirá crear una masa foliar densa que se abrirá camino hacia las lámparas a través de los huecos de la red. Una de las principales ventajas del método de cultivo SCROG es que se evita la formación de cogollos en las ramas inferiores, pues estas se habrán podado antes de que empiece la floración.
Medio de cultivo
Si además de cultivar de forma orgánica, con nutrientes líquidos así como con una mezcla sólida casera, se utiliza un medio de cultivo que fomente el crecimiento de las raíces, la actividad microbiana, el drenaje y la retención hídrica, el tamaño de las plantas se verá aumentado considerablemente.
Mi consejo: lo principal es que el sustrato sea poroso, lo que se puede conseguir utilizando perlita, bolas de arcilla expandida y fibra de coco, que además de favorecer la aireación, fuerzan a las raíces a crecer en busca de aire y nuevo espacio que colonizar. Además, con este tipo de sustrato se puede incrementar la frecuencia de riego sin que aumente el riesgo de ahogar las plantas.
Suplementos de dióxido de carbono
Esta técnica está dirigida principalmente a cultivadores expertos que, además de poseer los conocimientos adecuados, dispongan también del equipamiento necesario. En exterior, la concentración de dióxido de carbono de la atmósfera es de 400 ppm, pero está comprobado que si se respetan sus necesidades nutricionales y de iluminación, en interior las plantas de marihuana pueden sobrevivir con condiciones de hasta 1500 ppm.
Mi consejo: utilizar suplementos de CO2 durante el periodo de crecimiento te permitirá acelerar la velocidad de fotosíntesis de las plantas. Además, si el nivel de humedad es todo lo elevado que debería ser durante esta fase, los estomas trabajarán de forma más eficiente. Al aplicar esta técnica, es importante tener en cuenta que las plantas no utilizarán el CO2 hasta pasada una hora tras encender las luces.
Alimentación foliar
Esta es una de mis técnicas favoritas para que las plantas crezcan sanas durante la fase de crecimiento, así como para mantener la humedad en la franja del 70 %. Las plantas de marihuana transpiran el agua que obtienen tanto del sustrato como del aire, por lo que controlar la transpiración es una muy buena forma de obtener plantas sanas y vigorosas.
Mi consejo: aplicar una alimentación foliar rica en bacterias y hongos beneficiosos ayuda a luchar contra los patógenos transmitidos por el aire. Lo que yo suelo hacer es utilizar los mismos microbios y hongos que aplico a las raíces mediante té de compost.
Macetas grandes
Cuanto más grande sea la maceta, más grande será también la planta, especialmente en el cultivo orgánico. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las raíces de la marihuana no crecen más allá de 35 cm, así que optar por macetas con mayor capacidad sería un desperdicio tanto de espacio como de sustrato.
Mi consejo: utiliza macetas de unos 20 litros. En cuanto al material, descarta el plástico y elige opciones textiles, que favorecen la poda aérea y, por tanto, la proliferación de las raíces.
Temperatura de las raíces
El frío es uno de los principales factores que ralentizan el crecimiento de las plantas y la formación de raíces. En el caso de las plantas de marihuana que se cultivan en exterior durante la primavera y la antesala del verano, la tierra suele presentar una temperatura cálida acompañada de niveles de humedad elevados.
Mi consejo: comprueba la temperatura de la zona de las raíces apoyando el dorso de la mano sobre la tierra que las cubre. Si vives en una zona de clima frío, lo mejor es regar durante el día para evitar que el sustrato esté mojado por la noche, cuando las lámparas permanecen apagadas. También es buena idea introducir un calefactor en el armario de cultivo para que el aire que circula por la zona inferior no sea demasiado frío.
Té de compost y organismos beneficiosos
Las bacterias aeróbicas y los hongos son grandes aliados de las plantas de marihuana, pues trabajan de forma simbiótica proporcionándoles los nutrientes y minerales que necesitan. Aunque los sustratos y compost contienen organismos beneficiosos de forma natural, estos se pueden enriquecer añadiendo organismos adicionales.
Mi consejo: prepara un té de compost durante 24 horas y añádele microbios y hongos (puedes comprarlos en internet o en tu grow shop habitual), así como componentes que les sirvan de alimento, por ejemplo, melazas sin azufre. La utilización de organismos beneficiosos en interior permite aumentar la masa de raíces en un 700 %.
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