Las variedades Royal Purple Kush, Grand Daddy Purple, Mendocino Purps y Purple Urkle (por nombrar unas cuantas) son variedades púrpuras muy conocidas. La coloración púrpura proviene de la presencia de antocianina, que es un flavonoide generado por un proceso enzimático en la planta. Este fenómeno está provocado por el acontecimiento de algo conocido como acumulación de antocianina, que provoca que la antocianina se desarrolle en las plantas. Se sabe que las antocianinas son antioxidantes potentes y también se cree que poseen propiedades analgésicas, antiinflamatorias y neuroprotectoras. Por ese motivo, se recomienda comer arándanos, zarzamoras y bayas de goji, de las que se dice que poseen dicha característica antioxidante. Mientras la clorofila proporciona al cannabis y a las plantas en general su color verde, la antocianina es lo que hace que el cannabis su apariencia púrpura y los carotinoides son lo que hacen que el cannabis tenga tonalidades amarillas o doradas. Habitualmente, se asocian con la coloración de las hojas en otoño. Las tonalidades rojas, púrpuras y las combinaciones mixtas que decoran las hojas en otoño provienen de las antocianinas. A diferencia de los carotinoides, estos pigmentos no están presentes en la hoja durante la temporada de maduración, pero se generan activamente hacia finales de verano. A medida que los días se acortan y las horas de oscuridad aumentan, las plantas que dependen del fotoperiodo reciben la señal de dejar de producir clorofila (que es esencial para la fotosíntesis y el crecimiento vegetativo), por lo que la energía puede centrarse únicamente en la producción de flores y, por último, de frutos. A medida que la clorofila se descompone y disipa de las estructuras de la planta, y las antocianinas empiezan a acumularse, la planta coge tonalidades púrpuras, azules y rojas muy vivas. Algunas variedades de cannabis, como son las variedades mencionadas anteriormente, se vuelven púrpuras sin una bajada drástica de las temperaturas. Si la planta tiene una genética que la hace propensa a la acumulación de antocianina, es posible hacer que se vuelva púrpura bajando las temperaturas del entorno de cultivo por debajo de los 10 ºC cuando las luces están apagadas. Aunque nunca es recomendable que exista una diferencia superior a los 10 º en las temperaturas altas/bajas, este cambio en el ciclo climático puede generar resultados interesantes. Cuando los ciclos de temperatura se mueven en temperaturas demasiado bajas, puede producirse una pérdida en el crecimiento, pero la mejora de la coloración o de la apariencia puede hacer que valga la pena intentarlo. Hace poco, en uno de nuestros proyectos en invernadero I502 en el Estado de Washington, las temperaturas descendieron de forma drástica por la noche. Debido a algunos problemas de envío, hubo un retraso en la recepción de nuestros radiadores de propano. Debido a dicho retraso en la regulación de las temperaturas nocturnas, experimentamos cambios de color extremos durante las frías noches. Variedades como la Dedoverde Haze y la Glazed Cherries, que normalmente no cambian su tonalidad hacia colores oscuros, se llenaron de amplios matices púrpuras y rojos Burdeos. Este sorprendente cambio de color generó preguntas y condujo a la búsqueda de respuestas al por qué y cómo se dieron estos cambios de color no habituales, algo que sirvió de inspiración para este artículo. A veces, los accidentes pueden revelar aspectos de los que no teníamos ni idea solo en unos pocos grados de diferencia. – Publicación vía el experto cultivador @KiefxSweat
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