A día de hoy, la protección del medio ambiente y, en especial, la reducción de emisiones producidas por el gas de efecto invernadero son temas de gran actualidad que nos preocupan a todos. Las consecuencias son un cambio climático paulatino y un deterioro creciente del planeta. Y nosotros nos preguntamos si con las modernas técnicas de cultivo se pueden reducir estos daños en los cultivos de marihuana.
Indice
Producción de marihuana sostenible en interior
Los fabricantes implicados en la industria del cannabis desarrollan sistemas cada vez más eficaces y respetuosos con el medio ambiente, ya que están fabricados a partir de materiales reciclados y consumen menos energía.
Equipos con menor consumo energético
Los materiales evolucionan en este sentido, lo que beneficia a nuestra economía en particular y al planeta en general. Hoy en día, los distribuidores especializados ofrecen una amplia gama de sistemas de iluminación que nos permiten ahorrar mucha energía.
La oferta incluye tubos fluorescentes, bombillas CFL de bajo consumo, lámparas LED, o sistemas de iluminación CMH/LEC, cuya producción de calor y cuyo consumo de electricidad se ven reducidos significativamente.
Los fabricantes de sistemas de ventilación introducen gradualmente novedades en este aspecto, con equipos cada vez más eficaces, con necesidades energéticas menores, lo que supone un gran avance desde el punto de vista de la sostenibilidad.
De hecho, las centrales de gestión climática desarrolladas recientemente, tienen en cuenta este tipo de criterios, ya que su filosofía, a la hora de diseñar el equipamiento, es la de mejorar la sinergia climática con un consumo mínimo de energía.
Está claro que el impacto ecológico de estas dos líneas de producto en el proceso de producción de marihuana en interior puede tener una repercusión nefasta.
Cultivo de marihuana en invernadero
El cultivo de marihuana en invernadero es una solución intermedia entre el cultivo en interior y el cultivo en exterior. No obstante, aunque en la mayoría de los casos utiliza la luz del sol como fuente de energía lumínica, necesita numerosos equipos auxiliares con un elevado consumo de electricidad.
Evolución tecnológica y ecológica
En la mayoría de los casos, la producción de marihuana en invernadero se realiza en superficies de cultivo de gran envergadura, lo que implica un impacto ecológico importante en la explotación.
En los cultivos profesionales se estudian de forma exhaustiva todo los aspectos, desde el diseño global de las infraestructuras hasta el objetivo final del proyecto, por supuesto respetando la ineludible viabilidad económica.
No hay que olvidar que cada m2 cultivado conlleva una repercusión directa en las cuestiones que tratamos en este artículo. Por ello, los fabricantes de invernaderos intentan sacar el máximo aprovechamiento de los recursos naturales que ofrece el clima de la zona geográfica elegida para desarrollar el proyecto.
De ahí que la elección del equipamiento se realice en base a este criterio, y no se busque el ahorro. Las lámparas LED tienen mucho que aportar en este tipo de proyectos. Y las empresas especializadas en la gestión del clima se esfuerzan en desarrollar su ingenio para modernizar sus sistemas de climatización y ventilación.
Por ejemplo, la geotermia se aplica cada vez con mayor frecuencia. Se trata de un proceso que consiste en recuperar las calorías del suelo a través de una bomba de calor que las transforma en energía, lo que implica un menor consumo de electricidad para mantener los valores climáticos requeridos.
La instalación de parques solares en la explotación es también una solución para producir electricidad reduciendo el consumo de energía.
Cultivo de marihuana en exterior
El cultivo de marihuana en exterior tiene, sin duda, un gran futuro, simplemente porque se reducen drásticamente los costes y porque es la mejor forma de proteger el medio ambiente.
La mejor solución para el futuro
Sin duda, este tipo de cultivo será el más común en un futuro no muy lejano, simplemente porque los costes de producción son los más bajos y porque el impacto ecológico es el menor.
En las explotaciones que producen marihuana en exterior no hay que imputar los elevados costes que generan las infraestructuras hechas a medida, las lámparas, los sistemas de climatización o ventilación, las mesas de cultivo, las mesas de transporte para las plantas, o cualquier otro equipo que necesite el uso de energía.
El sol es la mejor fuente luminosa, el viento la mejor forma de climatización y el entorno natural se ocupa de proteger las plantas. La naturaleza sabe cómo actuar si interpretamos adecuadamente sus mecanismos e interacciones.
En este caso, la clave es la genética, y por lo tanto habrá que utilizar semillas de marihuana de calidad, adecuadas al clima en el que se van a desarrollar las plantas. Lo que se necesitan son variedades estables, resistentes a las enfermedades y a las plagas propias de la zona.
No hay que perder de vista las cualidades generales del producto final; la flor de marihuana debe tener un aroma y un sabor agradables, y un efecto que aporte beneficios terapéuticos inmejorables.
Como en cualquier producción agrícola masiva a gran escala, los diferentes actores del sector cannabico se verán en la obligación de tener en cuenta a largo plazo todo lo expuesto.
El resultado será muy positivo para los consumidores; las tarifas del producto final deberían bajar de forma natural y lograríamos reducir el impacto ecológico. Evidentemente, la incipiente ola verde tiene aún mucho que mostrar…
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