El Estado de California se prepara para votar, el próximo 8 de noviembre, una propuesta de ley que de ser aprobada instauraría un nuevo modelo de consumo de cannabis recreacional. Así es como, en unos días, los californianos volverán a las urnas para decidir si quieren romper moldes por segunda vez con un innovador y completo programa. Una propuesta que podría convertirse en ejemplo a seguir a nivel mundial y abrir una brecha más hacia la completa legalización del cannabis.
Antecedentes históricos…
California marcó un antes y un después en 1996 cuando estableció uno de los primeros modelos de regulación de la marihuana medicinal en el mundo. Una apuesta pionera que llegó como una consecuencia lógica del desarrollo cannábico que llevaba gestándose durante décadas, concretamente desde los años 60, cuando jóvenes llegados de todas partes del país decidieron rebelarse contra el sistema, instalarse en California y empezar a cultivar marihuana. Una actividad que se mantuvo en la clandestinidad durante más de tres décadas y se desarrolló principalmente en el llamado "triángulo esmeralda" que comprende los condados de Trinity, Humbold y Mendocino, regiones en las que las montañas y las bastas extensiones de terreno "virgen" ofrecían a los cultivadores la discreción necesaria para desarrollar sus plantaciones. Una actividad que ha terminado por convertirse en uno de los principales motores económicos del Estado, y es que California, con su próspera industria de marihuana medicinal, produce y vende más materia verde que cualquier otro Estado, incluyendo Colorado, Washington y Oregón, donde sí es legal el uso recreacional. California se convirtió en todo un hito en la historia de la legalidad del cannabis tras posicionarse como el primer Estado en aprobar, en 1996, un modelo de regulación de marihuana medicinal. Un ejemplo que fue punta de lanza de un movimiento regulador que se ha ido extendiendo poco a poco no solamente a otros Estados del país (25 actualmente), sino también a nivel global (Canadá, Uruguay, etc.) Después de 20 años de aquello, y con un sistema de dispensación de marihuana medicinal más que establecido, California podría volver a dar el campanazo el próximo 8 de noviembre, si se aprueba el nuevo modelo de regulación cannábico que sería, a día de hoy, pionero a nivel mundial.
Veamos por qué…
La llamada "guerra de la marihuana" ha provocado una gran confusión sobre qué se puede hacer y qué está prohibido en cuanto al cannabis en USA. Gran parte de esa confusión general viene dada porque mientras que algunos Estados ya han aprobado modelos de regulación que admiten el uso recreativo del cannabis (y también el medicinal), a nivel federal la marihuana sigue estando considerada una droga peligrosa de nivel I (la misma categoría en la que se clasifica la heroína). A pesar de que la ley que prevalece en cualquier caso es la federal, si California aprueba esta propuesta la próxima semana, ejercería una significativa presión sobre el gobierno federal para cambiar dicha clasificación.
Un antes y un después
Actualmente, en California la posesión o el uso de marihuana recreacional es ilegal. La propuesta de ley 215 aprobada en el 96 que dio paso al modelo de regulación vigente, solamente contempla el uso medicinal del cannabis. En este sentido, la propuesta de ley 64 legalizaría a nivel estatal el uso recreativo para adultos mayores de 21 años. Pero…¿Qué cambios en concreto propone este nuevo modelo? Si estás interesado en informarte a fondo sobre la proposición de ley 64 puedes hacerlo pinchando aquí. Si no te apetece leerte las 62 páginas de este documento, aquí tienes un resumen de las medidas más relevantes que entrarían en vigor si la población de California decide dar el "sí quiero" el próximo 8 de noviembre: • La medida permitiría que las personas mayores de 21 años pudieran cultivar hasta 6 plantas de cannabis no medicinal legalmente (siempre que no fueran visibles desde la vía pública), así como también se contemplaría la posesión el transporte y el consumo de hasta una onza de marihuana con fines recreativos. • Se establecería un sistema de regulación y tasación de la marihuana recreacional, aplicando un impuesto del 15% sobre la venta de cannabis al por menor. La recaudación obtenida a través de las tasas se depositaría en el fondo de impuestos sobre la marihuana de California, parte del dinero de este fondo iría destinado a subvencionar programas para jóvenes que incluirían la prevención del abuso de esta sustancia, la educación y el tratamiento de la adicción. Pequeñas cantidades de dinero también irían destinadas a solventar algunos desastres ecológicos producidos por cultivos ilegales. • La nueva propuesta contemplaría un cambio a nivel penal de las condenas por delitos relacionados con la marihuana, reduciendo las penas por venta ilícita de cuatro años de cárcel a seis meses. Esta ley se aplicaría también a las personas que ya están cumpliendo condena por vender o cultivar marihuana ilegalmente, lo que permitiría al juez la revisión de sus casos.
Aires de cambio…
A pesar de que una propuesta parecida ya fue rechazada en 2010, las encuestas sobre la proposición 64 son favorables a su aprobación. Según los últimos sondeos, un 60% aproximadamente estaría a favor de dar el sí a este proyecto de ley que, de llevarse a cabo, podría significar un poderoso impulso para uno de los Estados más fuertes y pujantes a nivel económico de USA. Según un estudio la Universidad del Pacífico en Stockton, esta nueva medida significaría un importante impulso para la economía de California, pues generaría miles de puestos de trabajo y un beneficio económico incluso superior al que han conseguido otros Estados como Washintong o Colorado al aprobar el uso recreacional del cannabis. Una inyección monetaria que también beneficiaría al propio Estado, pues una buena parte del beneficio económico iría a parar a las arcas públicas: se estima que se podrían recaudar hasta 1.000 millones de dólares anuales.
Un arma de doble filo…
Sin embargo, aunque los sondeos anuncian que la proposición 64 podría aprobarse, hay un sector que se opone firmemente a este nuevo marco legal, este es, sorprendentemente (o no tanto), el de los productores de cannabis. Una encuesta reciente de la Asociación de Agricultores de California, muestra que de los 750 agricultores que operan en California actualmente, solamente un 31% apoya la nueva propuesta de ley, el 31% se opone y el 38% están indecisos. Existen varias razones que han hecho que una parte importante de los productores de marihuana del Estado se oponga a la nueva propuesta de ley. Uno de los motivos es el alto coste económico que supondría para los agricultores adaptar sus cultivos a la normativa ambiental. Si la proposición 64 se aprueba, los daños causados al medio ambiente mediante el drenaje de los ríos locales para el riego y la contaminación de las aguas locales con pesticidas, serian razones de peso para revocar sus licencias estatales de cultivo. Las multas por cometer infracciones ecológicas podrían oscilar entre los 20.000 y los 100.000 dólares por granja, una cantidad difícil de asumir para los pequeños granjeros locales y que podría dejarlos fuera de juego. Una medida, que a pesar de las buenas intenciones para con el medio ambiente, podría dar paso al monopolio del sector por parte de las grandes corporaciones (que sí serían capaces de asumir el coste de las penalizaciones), y provocar la extinción de los pequeños productores, hasta ahora el motor de la industria californiana cannábica. Otro factor que jugaría en detrimento de los productores locales sería las tasas que estarían obligados a pagar: un impuesto de 9,25 dólares por onza de flores y 2,75 dólares por las hojas de la marihuana. Unas tasas que disminuirían significativamente su margen de ganancia. Por último, y quizá la mayor de las preocupaciones de este colectivo, es la inminente llegada de las grandes corporaciones al mercado cannábico. Los pequeños productores californianos consideran que esta propuesta de ley allanaría el terreno para que las grandes empresas pudieran adueñarse de la producción de marihuana. Si la proposición 64 se aprueba el próximo martes, en cinco años se emitirían 5 tipos de licencias de cultivo que posibilitarían la producción a gran escala, es decir, grandes corporaciones podrían convertirse en productoras de cannabis y, como ha sucedido en otros sectores industriales y agrícolas, ahogar al pequeño productor. El cuento de siempre, el pez grande se come al pequeño. Sin embargo, por el momento todo son hipótesis que no sabemos si se llegarán a materializar, pues California, el Estado más poblado de USA y con el mayor índice de consumo de cannabis de la nación, todavía debe dar el visto bueno a esta nueva medida el próximo martes día 8. Una polémica medida que da paso a una de las votaciones más relevantes de los últimos años, pues si gana el sí, el nuevo modelo podría ser el espejo en el que se miren otros muchos Estados y países del mundo. Lugares donde se comienza a hacer patente que las políticas prohibicionistas han fracaso, que una nueva manera de hacer las cosas es posible y que la regulación del cannabis no solamente trae consigo una significativa reducción de riesgos para la salud pública, también un enorme beneficio para las arcas del estado.
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