California aumenta los impuestos a la marihuana, golpeando a una industria cada vez más inestable

Los altos impuestos estatales y locales al cannabis son un gran problema para la industria de la marihuana en California, que ha propiciado que las empresas legales sean menos competitivas que el mercado ilícito: los vendedores sin licencia pueden atraer a los clientes con precios más bajos, ya que las tiendas ilegales no pagan impuestos. Los analistas estiman que de esta manera los consumidores se gastan 3 dólares en el mercado ilegal por cada dólar que invierten en el mercado legal.

Pero contra toda lógica, el Departamento de Administración de Impuestos y Tasas de California (CDTFA, por sus siglas en inglés) anunció a finales de noviembre pasado que planea aumentar los impuestos del cannabis una vez más. El aumento de las tasas impositivas del cannabis se considera otro golpe para una industria que actualmente se enfrenta a una recesión económica en un mercado deprimido.

Si bien el CDTFA describe su misión como "mejorar la vida de los californianos mediante la recaudación justa y eficiente de los ingresos que respaldan nuestros servicios públicos esenciales", está obstaculizando la capacidad del sector legal del cannabis para operar de manera rentable. Este último aumento de impuestos está llevando a algunos ejecutivos del cannabis de California a creer que se está tratando deliberadamente de aplastar el sustento de los operadores legales.

Los impuestos aumentarán de dos maneras

El primero de los aumentos concierne al impuesto especial del 15 % del estado, que se calcula en función de los precios que los vendedores de marihuana marcan para las ventas minoristas, para cubrir sus costes y obtener ganancias. El Departamento de Administración de Impuestos y Tarifas de California investigó los precios minoristas promedio de la marihuana en todo el estado y determinó que se habían incrementado en un 80 % de los costes mayoristas. Este es un aumento en los cálculos de las tasas de recargo anteriores, que estaban en el 60 %. Por lo tanto, el estado exigirá una mayor cantidad de dinero de cada venta minorista de marihuana.

El segundo aumento es un ajuste por inflación para los impuestos al cultivo, que se hará de esta forma:

• De 9.25 $ a 9.65 $ por una onza (unos 30 gr.) de flor, o un aumento del 4,3 %.
• De 2.75 $ a 2.87 $ por una onza de hojas, o un aumento del 4,3 %.
• De 1.29 $ a 1.35 $ por una onza de material vegetal fresco, o un aumento del 4,6 %.

Ninguno de estos aumentos está sujeto a un voto de los legisladores. El ajuste de la inflación se incorporó a la Proposición 64 aprobada en 2017. De hecho, todas estas pautas relativamente inflexibles se incorporaron a una ley que trató de garantizar que los gobiernos estatales y locales obtendrían muchos ingresos de esta nueva industria legal.

Mientras tanto, los expertos estiman que los vendedores de marihuana del mercado negro generarán 8.700 millones de dólares en ingresos en 2019, en comparación con los 3.000 millones de las ventas legales. Los costes absurdamente altos de tratar de cultivar marihuana conforme a la ley han fomentado este mercado negro y ha propiciado que muchos vendedores legales no puedan obtener beneficios.

La respuesta del estado, del gobernador Gavin Newsom y del fiscal general Xavier Becerra (ambos demócratas), ha sido lanzar una nueva guerra contra las drogas para tratar de tomar medidas enérgicas contra el mercado negro, en vez de hacer la marihuana más accesible para todos los consumidores y alentar a más empresas a entrar al mercado regulado. Así los nuevos impuestos serán otra patada a cualquiera que intente vender o comprar marihuana legalmente en California.

El coste de comprar marihuana en el Golden State

Estos son los impuestos que actualmente repercuten en los compradores de marihuana de California, a medida que el cannabis legal pasa de la semilla a la venta:

• Fiscalidad del estado.
• Impuestos locales, que podrían tener algunos puntos porcentuales adicionales, dependiendo de la ciudad.
• El impuesto al consumo del 15 % mencionado anteriormente.
• El impuesto al cultivo, que depende completamente de la etapa de la planta que se grava.
• Los costes de las pruebas de control de calidad para adaptarse a la legalidad.

Una vez más, aunque las estimaciones varían, esto sugiere que el consumidor típico de cannabis californiano podría estar enfrentándose a una tasa impositiva de entre el 45 % y el 80 %, una vez que estos nuevos aumentos entren en vigor el 1 de enero de 2020. Eso está prácticamente invitando a los productores ilegales a hacerse con el mercado; y las cifras de ventas de 2018 así lo demuestran.

En 2017, cuando California solo vendía marihuana medicinal, las ventas alcanzaron aproximadamente los 3.000 millones de dólares. Luego, en 2018, con el cannabis recreativo y medicinal disponible, las ventas estatales cayeron 500 millones hasta los 2.500 millones de dólares. Una gran razón para esta caída es que California ha estado cobrando demasiados impuestos a los consumidores.

Pero además, cerca del 80 % de los municipios del estado han prohibido a los minoristas vender hierba para uso de adultos. Esto permite a los productores del mercado negro llenar el vacío en ciudades donde los consumidores no tienen opciones de compra disponibles.

La tasa impositiva desorbitada de California sobre la marihuana legal claramente ha desalentado también a las grandes empresas, que han protagonizado un 2019 lleno de fusiones millonarias. Cuando se combina con el hecho de que la mayoría de los municipios han prohibido las ventas minoristas recreativas, se crea un escenario en el que las empresas no tienen garantizado el éxito que los inversores imaginaron hace tan solo siete meses.

De hecho, algunas empresas locales ya están cerrando o saliendo de California debido a los altos costes operativos, porque simplemente no tiene sentido financiero operar allí. Y si California no se da cuenta de ello pronto, correrá el riesgo de causar daños irreparables a su industria legal de marihuana.