Bajo la niebla de California del Norte yace una región envuelta de misterios desde hace muchas décadas. Un paisaje compuesto por bosques de intenso color verde esmeralda que termina abruptamente en la costa escarpada y accidentada del Pacífico Norte. Las corrientes heladas de Alaska azotan la costa rocosa con intensas lluvias y fuerte oleaje. Los vientos cálidos de los valles interiores de California colisionan con los continuos frentes del norte a lo largo de la costa y crean una capa de niebla que se mantiene prácticamente todo el año. De apariencia salvaje y cruda, la región está habitada por el silencio ensordecedor de la belleza inmaculada. Este bosque espeso y frondoso está lleno de helechos y enormes secuoyas rojas. Los caminos son agradables, mullidos y quedan a cubiertos de las incesantes lluvias gracias estos antiguos gigantes vegetales. Testigos del paso del tiempo, algunas secuoyas rojas tienen más de 2.500 años de vida. Estas secuoyas sobresalen por encima de los tranquilos pueblos esparcidos por las laderas empinadas y los pastos verdes llenos de tierras de labranza. Las lagunas costeras de agua dulce se alimentan de riachuelos conectados con ríos serpenteantes que llevan hasta la zona interior, donde las temperaturas descienden y evidencian los microclimas diversos de la región.
Las civilizaciones nativas americanas han poblado la región durante más de 10.000 años y el último río sin presas en California, el Smith River, se encuentra justo en el norte. Multitud de especies naturales dependen de estos 680.000 acres de tierra protegida, en las que se encuentra el 40 % de la población de secuoyas rojas. Es un santuario para las migraciones de aves, al que espectadores de todo el mundo acuden para presenciar variedades escasas y escurridizas mientras aprovechan para disfrutar momentáneamente de los veranos cortos pero fértiles de Humboldt. Las rutas en King Salmon incluyen la celebración anual de una tradición nativa y la potente industria pesquera. La naturaleza reina en su estado más puro en este lugar, y una comunidad única ha aprendido a vivir bajo su dominio. El Condado de Humboldt se ha convertido en el lugar por excelencia para la agricultura ecológica y es el lugar donde se produce uno de los cannabis de mejor calidad del mundo.
El Condado de Humboldt cuenta con una historia de actividades rebeldes corta pero notoria. Desde la época de la ley seca a principios del siglo XX, los fabricantes ilegales de alcohol encontraron refugio en estos bosques verdes y neblinosos, donde se hicieron un lugar en el carácter virgen e inaccesible de la región. Durante un par de décadas, el tráfico ilegal de alcohol en las zonas urbanas a través de los mares hostiles del Pacífico Norte fue una aventura arriesgada pero muy rentable. Tras el terremoto de 1906 en San Francisco, gran parte de la ciudad quedó destruida y fue necesario un nuevo método de construcción que reemplazara a los ladrillos y al mortero. La madera parecía el material más lógico, pero el clima era húmedo y con la mayoría de variedades de madera aparecía, tras un breve periodo de tiempo, moho; salvo con la secuoya roja. Estos árboles eran altamente resistentes al moho, además de ser grandes y abundantes. En el norte surgió un movimiento dedicado a la explotación de recursos de este territorio virgen. Después de 1930, la industria de la madera entró en recesión debido al inicio de la Gran Depresión y la región pasó a ser conocida como «Lost Coast» (La Costa Perdida), debido a las muchas personas que abandonaron sus vidas allí y regresaron a la ciudad. Sin embargo, tras el verano del amor en 1967, muchas «mentes de espíritu libre» emigraron al norte desde San Francisco hasta las colinas y montañas de Humboldt. La zona constituía un terreno de cultivo perfecto para una nueva forma de vida lejos de las leyes de la sociedad. Privados del derecho a voto con la guerra de Vietnam y debido a la agitación derivada del movimiento pro derechos humanos empezaron a construirse granjas, que atraían a gente de todo el país buscando modos de vida alternativos, alejados de las penurias del mundo. La idea de una granja representaba la sostenibilidad total. Vivir de la tierra, desprendiéndose de las propiedades materiales y reforzando la conexión con la Tierra eran algunos de las bases de las nuevas ideologías que se llevaban a la práctica. La distancia abismal entre Humboldt y el caos de la sociedad proporcionaba un amplio espacio para la exploración personal, cosa que supuso una transformación total de la región entera.
La Ley de Sustancias Controladas de 1970 (Controlled Substances Act) clasificó la marihuana junto con la heroína, la metanfetamina, la cocaína y el LSD como drogas de categoría I, con el potencial de abuso más alto y prohibidas para uso terapéutico. En 1975, el gobierno de los Estados Unidos emprendió su principal campaña por erradicar el consumo de cannabis. México era el productor y proveedor principal de los Estados Unidos y, en un intento de reducir el tráfico, los campos de cannabis mexicanos fueron infestados con «Paraquat», una neurotoxina química muy potente. Dicha toxina tenía un efecto parecido al del «Agente Naranja» en la planta y destruía los cultivos. La destrucción de los intereses mexicanos provocó en incremento importante en la producción de cannabis en la región de Humboldt, debido al aislamiento continuo de la región, que garantizaba una mayor seguridad para los nuevos productores. Esos viajeros «de espíritu libre» que se ocultaban tras el «telón de las secuoyas rojas» formaban parte de distintas etnias de todo el mundo. Pero esa paz no duraría mucho tiempo más, ya que el año 1980 fue increíblemente difícil para los productores. El presidente Reagan emprendió una gran ofensiva estableciendo la sentencia mínima de encarcelamiento por tráfico y producción de la planta. Ese momento marcó el inicio del control de la producción local de California, al aumentar la calidad gracias al movimiento híbrido emergente.
Los años 90 conllevaron otro tipo de cambio: el de la resistencia contra el gobierno. Muchos productores vivían en sus tierras privadas pero cultivaban de forma oculta en los seguros bosques nacionales y estatales. Reduciendo el riesgo de confrontación directa, muchos productores de guerrilla comprometidos trabajaban pacíficamente en condiciones medioambientales extremas, lejos del alcance de la mayoría de autoridades. Algunas porciones pequeñas de cultivos quedaron destruidas, pero la mayor parte de la región resultó indemne. En 1996, la población de California votó la Ley de Consumo Compasivo (Compassionate Use Act) o propuesta 215, cosa que cambió para siempre la visión de la nación con relación al cannabis. Algunos de los primeros médicos en recomendar el cannabis se concentraron en el norte de California, incluido el Condado de Humboldt, a medida que muchos empezaban a ejercer sus nuevos derechos adquiridos. Este movimiento medicinal tan polémico se enfrentó a los duros y agresivos poderes del gobierno federal, algo que contradecía a los derechos individuales de los Estados, establecidos en la constitución para proteger a las personas. Muchos fueron perseguidos por la ley, pero el número de prescriptores y productores de marihuana terapéutica continuó en aumento. Rápidamente se dieron cuenta del potencial de la región, y la producción aumentó de forma considerable mientras Humboldt se convertía en uno de los lugares de producción de la planta de mayor renombre en el mundo.
Hacia el año 2000, el historial del sistema judicial empezó a cambiar. Un mayor número de personas conseguían defender sus cultivos legales en los distintos tribunales de la ciudad, del condado y del estado. La seguridad estaba alcanzando su punto álgido y las leyes liberales del Condado de Humboldt destacaban por encima de las del resto del estado. Las restricciones del Estado permanecían en seis plantas para cada paciente con receta, y la mayoría de condados acataban dichas leyes. Sin embargo, Humboldt estableció su regulación a un límite de 99 plantas, mucho por encima del resto del Estado. Respetando las leyes sobre privacidad y sin perseguir legalmente a aquellos que cultivaban jardines de forma activa, Humboldt se estaba convirtiendo en un refugio seguro para el cultivo. Tras el 11 de septiembre de 2001, las leyes de los Estados Unidos se modificaron drásticamente y se creó la «Ley Patriota» (Patriot Act). Gracias a ella, el gobierno obtuvo una gran cantidad de poder de acción mediante la creación de 22 agencias federales conocidas como «Seguridad Nacional», como la realización de escuchas telefónicas sin orden judicial, el espionaje cibernético, la invasión de la privacidad del correo electrónico, y la suspensión de los derechos de la 4ª enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (la 4ª enmienda atañe al derecho de «registro no autorizado y decomiso»). Eso implica que cualquier agente de policía o figura de la autoridad puede realizar registros de forma legal en casa de cualquier americano bajo el pretexto de la seguridad nacional. Esta idea no fue muy bien acogida por la población de Arcata, la ciudad universitaria del Condado de Humboldt. El pueblo de Arcata redactó una petición con más de 7.500 firmas para solicitar que la aplicación de la «Ley Patriótica» en contra de los ciudadanos por parte las autoridades locales quedara prohibida. Este pequeño pueblo de 15.000 habitantes, fue uno de los 3 únicos pueblos en todo Estados Unidos que rechazó este nuevo mandato federal. Irónicamente, se estimaba que ocho de cada diez hogares en Arcata cultivaban cannabis y la población rechazó perder estos importantes derechos constitucionales de privacidad. La actitud desafiante de Humboldt era mayor de lo que había sido jamás y al gobierno federal le preocupaba cada vez más la gran capacidad de producción de la zona y el efecto que tenía en el resto del país.
Este enfoque liberal de las leyes ha empujado a productores de todo el mundo a trasladarse a Humboldt para participar en este gran movimiento. Con más de 30.000 invernaderos activos y decenas de miles de cultivos al aire libre es más que evidente que el crecimiento está en auge. Este increíble crecimiento no ha quedado indemne de cierta cantidad de problemas y de la intervención federal. A finales de 2013, el gobierno federal y el departamento antidrogas (DEA) declaró el Condado de Humboldt «zona de alto nivel de tráfico de drogas». Las Elecciones de California en 2016 deberían ser un año importante para el cannabis en California, y Humboldt tiene muchos planes para mantener la reputación de la región. Los planes incluyen la producción local y la creación de jardines de marihuana legales, además de lugares de cata y salones para fumadores, algo que pondría fin a una era de consumo terapéutico y abriría las puertas al crecimiento del turismo de la marihuana. La comunidad está tan profundamente resuelta a hacer avanzar la industria del cannabis que parece adecuado que dicha transformación tenga lugar. Un miembro conservador del consejo de un pequeño pueblo de la zona dijo: «Tanto si uno cultiva marihuana en el Condado de Humboldt como si no, o si simplemente se tiene un negocio en la zona, se es parte del comercio de la droga, y creo que tenemos que solucionar realmente y de una vez por todas este problema evidente del que nadie quiere hablar.» Así que, ¿qué le espera a la vuelta de la esquina a esta región oculta, misteriosa y al mismo tiempo de gran importancia? Solo el tiempo nos dará la respuesta correcta a esta pregunta.
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