Pocas cosas son más frustrantes para un cannabicultor que ver cómo su plantación, a la que ha dedicado tiempo y esfuerzos, se va al traste. Los riesgos a los que se enfrentan las plantas de marihuana son variados, pero uno de los más peligrosos son las plagas. La araña roja es un arácnido de medio milímetro muy temido por la voracidad de sus ataques, a pesar de su diminuto tamaño. Para evitar que infesten nuestro cultivo, podemos implementar diferentes estrategias, tanto preventivas como reactivas, con las que obtendremos buenos resultados.
Cultivar cannabis es un trabajo arduo, que requiere mucho tiempo y atenciones si se quiere lograr una buena cosecha. Existen muchos riesgos que impiden alcanzar el objetivo marcado y uno de los principales es la aparición de una plaga. La araña roja es uno de estos potenciales enemigos capaces de echar todo tu trabajo por la borda. Aquí te vamos a explicar cómo identificar y defenderte de su ataque.
Un ácaro muy temido
Comúnmente conocido como araña roja, el ácaro rojo ('Tetranychus urticae') es uno de los más temidos por los agricultores y jardineros. Son ácaros, (una subclase de los arácnidos) muy pequeños, con cuatro pares de patas y sin antenas, que solo se pueden ver claramente a través de una lupa o un microscopio. Las hembras son de color rojo y tienen una forma ovalada, mientras que los machos tienen una forma un poco más alargada y su color es más claro, cercano al rosa. Su naturaleza y la rapidez con la que se reproducen hacen de este pequeño insecto un enemigo muy peligroso.
Uno de sus poderes es que, por su diminuto tamaño, resulta muy difícil observarlos a simple vista, de tal forma que en el mejor de los casos solo podremos ver unos pequeños puntos rojos que, a veces, se mueven. Su tamaño promedio es de medio milímetro, pero las hembras suelen ser ligeramente más grandes que los machos. Por ello, para saber si alguna de nuestras plantas está infestada, hay que ser un muy buen observador, con mucha agudeza visual, o conocer algunas de las huellas que delatan su presencia.
Comen y ahogan
La araña roja es un ácaro fitófago, es decir, se alimenta de la savia de las plantas. Pero también es polífago, ya que se siente atraído por un gran número de especies vegetales; entre ellas, obviamente, la marihuana. Si en las hojas encuentras unas pequeñas manchas o puntitos claros, probablemente sean las marcas de sus mordiscos, por las que acceden a su interior para succionar todo el contenido nutritivo, lo que debilita la planta. A veces, estas manchas pueden negras o amarillas. Hay quien dice que una sola araña adulta puede llegar a realizar más de 30.000 mordiscos en un día, lo que equivale a un millón en un solo mes.
Otro de los daños que puede provocar este insecto se debe al efecto de la densa tela de seda que teje, cuyo fin no es otro que crear un microclima adecuado para su desarrollo. Con esta red envolviéndola, la planta pierde capacidad de respiración. En los casos graves, las hojas se vuelven amarillentas y, luego, sufren una grave desecación que, si no se remedia, provoca su muerte.
Así que, si en tu cultivo has encontrado con alguna de estas señales, debes ponerte manos a la obra para acabar con la plaga. Sin embargo, recuerda que siempre es mejor prevenir que curar.
Una buena defensa es el mejor ataque
Si tus plantas todavía no han sido atacadas, una buena prevención hará que estos diminutos devoradores se mantengan alejados. Una de las mejores formas de hacerlo es contando con la ayuda de otros pequeños aliados, especialmente en los cultivos al aire libre:
- Por ejemplo, las mariquitas. Si quieres contar con una eficiente patrulla formada por mariquitas para que vigilen tus plantas, puedes comprarlas o atraerlas. Además de ácaros y pulgones, se alimentan de polen, por lo que, si cerca de tus plantas de marihuana cultivas otras especies con flores (hinojo, eneldo, cilantro o zanahoria son sus preferidas), estarán encantadas de acudir en tu ayuda.
- Otro de los depredadores más eficaces es el 'Phytoseiulus persimilis': las larvas y los adultos de este ácaro depredador buscan sin descanso a las arañas rojas, las atrapan y succionan su fluido corporal. Aunque se alimenta de arañas rojas en todos sus estadios, tienen una preferencia especial por los huevos. Los ejemplares adultos de esta especie son capaces de devorar diariamente hasta 7 arañas rojas o una veintena de larvas y huevos.
- Otra forma de prevenir esta plaga, especialmente en cultivos interiores, es mantener una limpieza exquisita del espacio. Si vas a poner en contacto tus plantas con otras, por ejemplo con clones intercambiados con otros cultivadores, examínalos a conciencia para asegurarte de que no van a contagiarles la plaga. Vigila incluso tu propia limpieza personal y la de tu ropa, si has estado en contacto con otras plantas, ya que sin querer puedes servir de medio transporte a alguna araña roja.
- Pero además de limpio, el cuarto de cultivo debe estar también ventilado, ya que las arañas rojas proliferan cuando el aire está viciado. Si creamos un buen sistema de ventilación, evitaremos su presencia; cuando el aire provenga del exterior, hay que contar también con un buen filtro que pueda detener a cualquier insecto.
- Por último, controla la temperatura y humedad interiores, ya que unos niveles altos tampoco ayudan a luchar contra esta plaga que se reproduce a gran velocidad si la temperatura supera los 27 grados.
¡Acaba con ellos!
Para la prevención también puedes optar por usar insecticidas. Podemos encontrar en el mercado insecticidas orgánicos; preventivos, repelerán a las arañas rojas y evitarán que se instalen en tu planta. Pero si las medidas preventivas fallan no te preocupes, existen otras armas eficaces:
- El ecotenona es un acaricida ecológico a base de estractos de raíces de plantas tropicales, que también es útil contra el pulgón y la mosca blanca. Debes aplicarlo sobre las hojas de la planta y atacará al sistema nervioso del depredador. El aceite de Neem, el jabón potásico o el aceite de pelitre son opciones también muy buenas.
- Un ataque menos agresivo, aunque quizás con menor eficacia, se basa en el uso del agua. Las arañas rojas, por su naturaleza, prefieren el calor y la sequedad. Cuando el entorno no es el adecuado, la humedad puede destruir sus huevos y bloquear así su ciclo reproductivo. Si quieres ponérselo díficil, manten una humedad relativa del 55-60% en tu cuarto de cultivo.
- Si el cultivo es de exterior, la lluvia es un buen aliado. Si, en cambio, es interior, podemos mojar y humedecer el ambiente de forma artificial. Para ello, podemos usar una bomba de hombro clásica, llena de agua (mejor si es fría). Si piensas aplicar este fórmula, asegúrate de rociar bien la parte posterior de las hojas, donde suele esconderse este ácaro y dónde teje su red.
Pero, recuerda, que lo más importante es prevenir y atender cualquier signo que indique que tus plantas están siendo atacadas. En ese caso, reconocer los síntomas y reaccionar será el factor clave para que puedas salvar a tus plantas.
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