En internet podemos encontrar una gran cantidad de información sobre la producción de esquejes o clones de marihuana. No obstante, son muy escasos los consejos concretos para que éstos crezcan sanos y vigorosos. Por ello, en este post te vamos a dar las claves para que puedas obtener clones de plantas de cannabis que culminen con éxito.
Cuidado de los clones desde su más tierna infancia
Como ya hemos señalado, vamos a obviar el proceso de producción de esquejes para centrarnos directamente en sus cuidados y su crecimiento.
Iluminación
En la fase inicial, la iluminación ideal para los clones jóvenes es la que producen las luces fluorescentes, aplicando el fotoperiodo correspondiente a la fase de crecimiento, 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad. También se puede utilizar una bombilla MH (Metal Halide) pero siempre que se coloque a una distancia de 1,5 a 2 m.
Humedad
Otro factor clave para un crecimiento rápido es la ubicación de los clones en un pequeño invernadero cerrado o en un espacio de cultivo, en ambos casos con un nivel de humedad alto. Durante los 2 primeros días es imprescindible mantener un nivel de humedad cercano al 95-100%. Posteriormente, durante las 3 semanas siguientes, se puede bajar hasta un 85-90%. Estos parámetros contribuye a que las raíces prosperen de forma óptima y se fijen con fuerza.
Temperatura
En cuanto a las condiciones climáticas, es muy importante mantener una temperatura constante, comprendida entre 24 y 27ºC. Lo ideal es contar con un espacio de cultivo lo suficientemente acogedor para que los clones se sientan a gusto. Sin embargo, si las temperaturas del cultivo de marihuana no alcanzan estos valores, se pueden colocar en el mini-invernadero alfombrillas o cables calentadores. No obstante, hay que tener cuidado porque estos calentadores no se pueden instalar en contacto directo con la base de plástico del invernadero. Es necesaria la colocación de una capa de arena blanca en el fondo que haga las funciones de aislante y que evite que el calor entre en contacto directo con el plástico. Una vez preparada la capa aislante, se sitúa encima la alfombrilla calentadora o el cable. Posteriormente se pone otra capa de arena blanca, de espesor medio, para que las raíces reciban el calor de forma indirecta y no se quemen, así su reproducción será más rápida y eficaz. Estas 3 capas superpuestas tienen que formar un conjunto uniforme que contribuya a obtener el resultado deseado. Además, es necesario que la temperatura del aire esté situada entre 20 y 23ºC, unos 4ºC por debajo de la del sustrato o soporte de cultivo.
Riego
En cuanto al riego, lo ideal es utilizar un pulverizador acorde al número de clones y que el pH del agua esté situado entre 5,7 y 6,0. Lo correcto es pulverizar el sustrato y la masa foliar al mismo tiempo para que la humedad sea homogénea en las diferentes partes de los jóvenes clones. Durante los 4-5 primeros días, se puede utilizar agua enriquecida con vitamina B1 y con un pH ajustado a los valores ya indicados. También se puede añadir al sustrato un estimulador de raíces a partir de la segunda semana o cuando asomen las primeras raíces. Pero siempre hay que ser cauto con las dosis utilizadas; durante las dos primeras semanas hay que aplicar una cantidad ligeramente inferior a la recomendada por el fabricante, y a partir de la tercera se puede regar con la dosis recomendada. En cualquier caso, 1 aplicación semanal será suficiente durante toda la vida de la planta. Lógicamente, hay que ir adaptando la frecuencia de riego a la evolución del cultivo, a la capacidad de evaporación, que dependerá de la ventilación, y al crecimiento de los clones.
Ventilación
A partir del 4º o 5º día hay que ir abriendo progresivamente los puntos de ventilación para adecuarse a la capacidad respiratoria de los clones y aportar el oxígeno que necesiten en cada momento, a medida que van creciendo. Cuanto mayor es su desarrollo, su capacidad respiratoria aumenta, necesitan más oxígeno y la renovación del aire debe ser mayor. Para evitar la aparición de patógenos que podrían ser fatales en este momento evolutivo es necesaria la retirada de las hojas muertas. Puede ser normal que algunos esquejes se marchiten ligeramente en un inicio pero lo habitual es que recuperen su vigor en pocos días.
Potencial de la genética
No todas las genéticas tienen la misma capacidad de enraizamiento ya que ésta puede depender de su propia idiosincrasia, aunque lo habitual es que los clones enraícen en un plazo comprendido entre 1 y 3 semanas. Una combinación genética compleja puede ser poco vigorosa. O también puede suceder que los clones procedan de una selección con un linaje genético falto de vigor, lo que no tiene porque ser representativo del linaje original. Simplemente puede ser que el cultivador no haya realizado una buena selección genética. Desafortunadamente, en esos casos, es mejor deshacerse de los clones con bajo potencial. Estarías perdiendo el tiempo y el resultado no estaría a la altura de tus expectativas. La elección de una genética de calidad es la base del éxito de tu cultivo de marihuana. Al cabo de 3 semanas, como máximo, los esquejes habrán desarrollado una masa foliar consolidada, lista para pasar a la siguiente etapa: el trasplante. El follaje de los clones debería amarillear progresivamente, y cuando las raíces salgan por los agujeros del fondo de la maceta, mostrando todo su vigor y su capilaridad, tendremos la señal inequívoca del éxito del trabajo de clonación. Si además, observamos un ligero crecimiento vertical, sabremos que es el momento de trasplantar los esquejes a una maceta más grande para que puedan continuar con su crecimiento. Esperamos que estos consejos te ayuden a sacar adelante tus clones con éxito y que obtengas unas maravillosas plantas que te ofrezcan una deliciosa cosecha.
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